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“Oviedo Central” dará sus primeros pasos este año

Canteli anuncia su voluntad de “liderar” la Red de Ciudades por una Movilidad de Bajas Emisiones, que comenzará de forma progresiva para sacar el coche contaminante del centro en 2023

Las céntricas calles Uría y Fruela con poco tráfico. | Julián Rus

El Alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, se comprometió ayer a liderar la Red de Ciudades por una Movilidad de Bajas Emisiones a la que se ha adherido la capital asturiana. El Ayuntamiento presentó el mes pasado dos proyectos a los nuevos fondos europeos con la intención de transformar su flota de autobuses urbanos y blindar el centro al tráfico contaminante. La implantación de esa zona de bajas emisiones de la ciudad, el “Oviedo Central”, comenzará su andadura este mismo año. Los responsables del área confían en obtener la subvención europea y contratar ya a una consultora que vaya marcando los tiempos. El objetivo y la obligación que marca la nueva Ley de Cambio Climático es que los coches contaminantes no puedan entrar en ciertas zonas de la ciudad en 2023 y el Consistorio quiere cumplir.

La celeridad y ambición de este proyecto, adelantado por LA NUEVA ESPAÑA, está sujeto a que el proyecto municipal obtenga o no la financiación de Bruselas. No es del todo seguro. Casi todos los municipios españoles han presentado sus planes al Ministerio de Transportes, que debe repartir 1.200 millones de euros en concurrencia competitiva. “Es una carrera por y hacia la sostenibilidad”, manifestó ayer José Ramón Prado. Su área es la que impulsa la zona de bajas emisiones de la ciudad. La idea, explica el edil, es conseguir una ciudad “sostenible, segura y saludable”. Solo el planteamiento de la capital asturiana solicitará 6,3 millones de euros, a los que se pueden sumar otros 10 que ha pedido el área de Urbanismo que lidera Nacho Cuesta para comprar nuevos autobuses eléctricos que renueven la flota de ALSA.

El proyecto para limitar el tráfico a los vehículos más contaminantes se proyectará como una suerte de anillos concéntricos, si es que, finalmente, Oviedo consigue la financiación para su proyecto. En su núcleo, “Oviedo Central”, las calles del Antiguo, el Campo San Francisco y sus manzanas aledañas, quedarán dentro de la zona “limpia”, donde solo podrán circular los vehículos que cumplan los criterios ambientales exigidos por la Dirección General de Tráfico (DGT). Quedarían vetados los coches que funcionan con diésel matriculados antes del año 2006 o de gasolina previos al 2000. Fuera de los límites del “Oviedo Central” se implantarán otras medidas a través de “sistemas inteligentes de regulación y calmado de tráfico”. Esta zona estará definida por las grandes vías de comunicación nacional y autonómica que atraviesan la ciudad.

“Es una carrera por la sostenibilidad, por hacer una ciudad más segura y saludable”

José Ramón Prado - Concejal de Seguridad Ciudadana

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El Alcalde, Alfredo Canteli, inauguró ayer en el hotel de la Reconquista, la Jornada ITS en Asturias sobre Sistemas Internacionales de Transportes, destacando “la apuesta y compromiso del equipo de gobierno por la movilidad y la sostenibilidad”. El Regidor aseguró que este es un asunto prioritario, un requisito indispensable para encaminarnos a ese nuevo modelo de ciudad que nos permita responder, definitivamente, a los retos de nuestro tiempo y a los que vendrán en el futuro”. La Red de Ciudades por una movilidad con bajas emisiones se presentará formalmente en Madrid el próximo martes, día 2 de noviembre.

A juicio del Alcalde ovetense, “el desarrollo sostenible no puede ni debe referirse únicamente a cuestiones medioambientales sino que abarca una triple dimensión, económica, social y ambiental. Queremos asegurar la protección del medio ambiente, la cohesión social, la calidad de vida de nuestros vecinos y favorecer el crecimiento económico”.

El área total que abarcará la Zona de Bajas Emisiones de Oviedo será, en principio, de 60 hectáreas. El plan del Ayuntamiento pasa por implementar, además, varias actuaciones complementarias como la creación de un “Centro Integral de la Movilidad” como el que tienen otras ciudades como Madrid desde el que se controle el tráfico de la ciudad de un modo total. Este estará ubicado, según la información facilitada por el Ayuntamiento durante las jornadas de ayer, en el mismo cuartel del Rubín. El área quiere convertir la actual sala de control de tráfico en un gran ojo que controle la nueva zona de bajas emisiones y las mediciones de CO2 que quieren instalar en toda la ciudad. El software que deberá soportar todo el sistema de vigilancia es una de las inversiones más potentes a realizar para implantar la zona de bajas emisiones. Esta, estará rodeada de una red de nuevas señales de tráfico y de cámaras de vigilancia que contará con un sistema de reconocimiento de matrículas que vigile qué coches pueden entrar en el área central y cuáles no.

Desde el Ayuntamiento confían en que el proyecto tenga una buena acogida social. Especialmente porque quieren realizar la transición de la ciudad hacia las bajas emisiones de manera “amable”. Desde el Consistorio quieren establecer soluciones y periodos de adaptación de ciertos colectivos como las personas con baja renta que necesitan el vehículo para trabajar o los camiones y furgonetas de reparto y profesionales que no cumplan los requisitos ambientales, para adaptar las flotas. También cabe destacar que el veto a los vehículos que no cumplen los requisitos de la DGT no se aplicará a los más de 10.000 residentes del área afectada, que está delimitada por el distrito urbano 1.

La nueva Ley de Cambio Climático obliga a todos los municipios de más de 50.000 habitantes a implantar una zona de bajas emisiones. Si, finalmente, el Ayuntamiento no obtiene la ayuda de Europa, el área también deberá ser una realidad en 2023, pero su implantación correría a cargo de las arcas municipales y, por tanto, sería menos ambiciosa.

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