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Pablo León Gasalla | Director general de Cultura y Patrimonio

“Vamos a modificar la Ley de Patrimonio para aclarar el reparto de competencias”

“La actuación más urgente en el casco histórico debería pasar, a mi juicio, por resolver la situación del martillo de Santa Ana y su entorno”

Pablo León Gasalla, en la muestra “Camino Primitivo. Oviedo”. | | LUISMA MURIAS

Pablo León Gasalla, director general de Cultura y Patrimonio del Principado de Asturias, accedió a contestar un cuestionario remitido por LA NUEVA ESPAÑA en relación a la situación del casco histórico de Oviedo y a los posibles mecanismos y políticas que pueden activar el Ayuntamiento de Oviedo y el Gobierno del Principado para lograr su recuperación.

–¿Cómo ve usted el estado del casco antiguo de Oviedo?

–Estamos en un momento de transición hacia la definición y articulación de una nueva conformación del casco antiguo, llamada a perdurar mucho tiempo. Actuaciones largamente esperadas, como la ampliación del Museo de Bellas Artes o el remate y adecuación del martillo de Santa Ana, terminarán de diseñar el espacio del centro de Oviedo. En cuanto a la situación actual del Oviedo antiguo, cabe destacar que es un una zona viva de la ciudad, con mucha actividad y con una oferta cultural y museística excepcional, que se verá acrecentada con actuaciones como la prevista en el Bellas Artes o con el refuerzo de la actividad del Museo Arqueológico de Asturias en el que estamos trabajando en la actualidad. Existe, además, un proceso de restauración-rehabilitación de algunas construcciones, que es positivo. Y también existen problemas, como es la conservación de algunos edificios de interés patrimonial o la paulatina desaparición de negocios tradicionales que conformaron durante mucho tiempo la imagen de esta parte de la ciudad, con lo que ello genera de peligro de pérdida de la identidad del casco histórico.

–¿Puede darse el caso de que una excesiva protección de algunos elementos, o los propios entornos de protección de estructuras como la Cámara Santa que afectan a la zona, puedan ser un obstáculo para la rehabilitación de la zona?

–Es cierto que confluyen en el centro de Oviedo una gran variedad de protecciones, caso de la propia declaración de este espacio como Conjunto Histórico, el recorrido del Camino de Santiago y varios bienes de interés cultural entre los que destaca la Catedral o los grandes palacios e iglesias de la capital… Esta situación es un reflejo de la riqueza patrimonial de Oviedo y no debe constituir a priori un problema, ya que al existir un plan especial se ha estudiado y ajustado el nivel de protección, y con ello de actuación, de cada edificio a su situación particular. Hay casos en los que puede haber desajustes puntuales entre el nivel al que se adscribe un inmueble y su situación real, pero para eso se han articulado mecanismos de valoración específica que se están aplicando y que están permitiendo ajustar al máximo las posibilidades de rehabilitación o adaptación a nuevos usos.

–¿Habría algún mecanismo para aliviar la carga administrativa asociada a estas intervenciones sin contravenir las medidas de protección asociadas a los monumentos de la zona?

–La existencia de un plan especial ya alivia en gran medida esa carga administrativa, al delegarse en el Ayuntamiento todas las intervenciones ajustadas a lo contemplado en este documento urbanístico, limitándose la Consejería de Cultura a informar las excepciones o actuaciones no contempladas en el plan. Por lo que se refiere a otros ámbitos de protección sin plan especial, estamos tomando en la presente legislatura numerosas medidas para aligerar la carga administrativa. En 2020 se aprobó que toda una serie de intervenciones en el entorno del Camino de Santiago sean autorizables directamente por los ayuntamientos sin pasar por Cultura. En el pleno del Consejo de Patrimonio celebrado esta semana se aprobó extender esta medida a todos los conjuntos históricos asturianos que no tienen plan especial, lo que también supondrá un alivio importante para licencias menores. Por último, se está tramitando una ley de medidas administrativas urgentes que incluye varias modificaciones en la Ley de Patrimonio Cultural, que van en la línea de aclarar el reparto competencial entre los ayuntamientos y la Consejería de Cultura (que pasa a limitarse a los bienes con protección autonómica y a los que tenga la integral en los catálogos urbanísticos). Todas estas medidas contribuirán a aligerar cargas administrativas y a acortar plazos de emisión de informes y autorizaciones, siempre salvaguardando la preservación de los valores patrimoniales de los bienes protegidos.

–¿Qué soluciones se pueden aportar para frenar o revertir el deterioro de la zona? ¿Puede ser ese Plan Especial del casco viejo que quiere desarrollar el Ayuntamiento?

– El nuevo Plan Especial tendría que contribuir a sentar las bases de un Oviedo antiguo bien articulado, con equipamientos adaptados a su realidad y en el que encajen de manera adecuada las piezas que se van sumando al conjunto. Tiene, además, que incorporar previsiones de intervención sobre los bienes patrimoniales que contemplen actuaciones ajustadas al valor real de cada edificio, prestando atención a cuestiones que hasta hace poco no se consideraban, como lo relativo a la implantación de medidas de eficiencia energética en edificios protegidos y cómo ello se puede compatibilizar con la preservación de sus elementos de interés patrimonial.

–¿Tiene sentido impulsar una renovación o una rehabilitación del casco viejo sin abordar antes la conflictividad asociada a determinadas prácticas nocturnas que denuncian los vecinos de la zona, como los botellones?

– Toda la situación del casco antiguo tiene que analizarse de manera global para plantear soluciones al conjunto de situaciones a resolver en este espacio. El problema de los botellones o la convivencia entre las terrazas hosteleras y los vecinos del Antiguo, son cuestiones del día a día que tienen vinculación directa con la propia ordenación urbanística del casco histórico y que tendrían que encontrar en el nuevo plan especial una oportunidad de resolución.

–¿Cuál sería a su juicio la actuación más urgente en esa zona de la ciudad?

–Resolver la situación del martillo de Santa Ana y su entorno, logrando una intervención de calidad arquitectónica en la misma. Igualmente, lograr alternativas para frenar el proceso de degradación en el que se encuentran algunos edificios del casco antiguo.

–¿Está la consejería dispuesta a establecer algún tipo de colaboración con el Ayuntamiento para avanzar en la recuperación de esta zona?

–Por lo pronto, estamos en comunicación constante con el Ayuntamiento para aligerar y abreviar trámites para el desarrollo de intervenciones de interés para la mejora del casco antiguo. A medio y largo plazo, tenemos el compromiso de colaborar en todo lo que esté de nuestra parte en la definición del alcance y contenido del nuevo Plan Especial que el Ayuntamiento va a tramitar. En cuanto a intervenciones físicas, la Consejería va a acometer la última fase de la ampliación del Museo de Bellas Artes, que ayudará a terminar de rematar esa zona ahora degradada de la calle Santa Ana.

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