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Un afuega’l pitu de Grado se cuela entre los “supermejores” del mundo: “Es un impulso”

Los productores asturianos asumen con deportividad la falta de más firmas regionales en el top: “Tener el festival aquí ya es un premio”

Raquel Álvarez muestra su queso “supergold”, con el resto del palmarés detrás. | IRMA COLLÍN

El mejor queso de Asturias se fabrica en Temia (Grado) desde hace 35 años y precisa de siete años de elaboración. La productora Raquel Álvarez desbordaba satisfacción este jueves por los pasillos del Calatrava. Su producto, un afuega’l pitu rojo de trapo, es la única pieza asturiana condecorada con la máxima distinción del World Cheese Awards, la medalla “supergold” –superoro en inglés–, que solo está al alcance de 88 de los más de 4.000 participantes.

La premiada asturiana solo piensa en una cosa: “A mí con que se hable del afuega’l pitu en todo el mundo ya me conformo”. El resto de productores asturianos resta importancia a la falta de más firmas regionales entre los top del certamen mundial.

“Tener aquí este festival ya es un premio”, declaró Alberto Amandi, de la quesería Los Caserinos de Villaviciosa. La primera jornada de puertas abiertas al público del festival internacional se saldó con una asistencia multitudinaria. Miles de personas llenaron palacio de exposiciones y congresos ovetense, en su mayoría en busca de quesos provenientes de parajes exóticos, muy difíciles de encontrar en el Principado. “Los asturianos están muy ricos, pero ya suelo comprarlos en tiendas o ferias”, indicó la vecina de Vallobín Carmen Ruiz en plena retirada cargada de bolsas.

Entre tanto, el foro de innovación e iniciativas como el espectáculo de monólogos “Gastro Cheese Comedy” completaron la gran oferta de actividades en torno a los lácteos que congregó a muchos públicos variopintos cuyo nexo de unión es la pasión quesera. “Ojalá tengamos algo parecido todos los años”, proclamó Juan Luis Rodríguez, encantado con la generosidad de unos vendedores entregados en la causa de dar a conocer las bondades de su género. “Nunca estuve en una feria en la que hubiera tanto picoteo”, confesó disculpándose por tener todavía la boca llena.

La alegría de Raquel Álvarez es compartida en gran medida por muchos colegas de profesión. La productora tuvo un especial recuerdo para Fran Sánchez, su cuñado fallecido hace seis años, el cual fundó el negocio familiar en 1986. La productora moscona asumió hace tres meses la presidencia de la DOP del afuega’l pitu y confía en que premios como este den “un gran impulso” al sector, mermado a raíz de los meses de restricciones derivadas de la pandemia.

Lejos de lo que pudiera parecer, el resto de queseros asturianos aspirantes a lograr el triunfo no pierden la compostura, ni mucho menos el ánimo. A la espera de rascar alguna de las medallas de las otras categorías cuyos resultados se darán a conocer entre las jornadas del viernes y el sábado, los queseros astures sacan pecho por su condición de anfitriones de la cita más prestigiosa del sector a nivel mundial. “Decepción ninguna, estamos convencidos de la calidad de nuestros quesos, pero estamos hablando de un mundial con los mejores de todos los sitios”, reivindicaba Cristina González, de Quesos Rebollín de Salas, satisfecha con el “empujón” que supondrán los World Cheese Awards para el sector agroalimentario asturiano.

Algunos consideran el triunfo de los productores andaluces Quesos y Besos como propio. “El premio se quedó en España y eso es un auténtico honor”, declara Ana María Cotarelo, de Quesos de Taramundi, mientras que Enrique Inés, quesero de Pría, da por cumplida la misión de promocionar la región como destino quesero. “Hemos demostrado ser un referente en un escenario compartido con quesos de hasta Australia”, saca pecho el productor, todavía esperanzado de rascar algún premio secundario. ”Hay muchos quesos asturianos que son de superoro”, destaca.

Darse a conocer es la meta autoimpuesta por Aurora González para llevar la fama de su laureado queso Los Beyos más allá de nuestras fronteras. La productora de la quesería La Collada de Amieva resta importancia tanto a los premios como a las ventas. “Lo más importante es la labor de relaciones públicas que hacemos detrás del mostrador”, explica, presumiendo de la gran participación del sector asturiano en un evento seguido desde muchos puntos del mundo. “Hay mucho asturiano entre tanto mundo”, apunta.

En la misma línea se pronuncia Encarni Bada, vendedora llegada desde Cabrales, la cual recibió cientos de visitas para probar, pero no tuvo excesivas ventas. “La gente viene buscando quesos más desconocidos”, relata la mujer, satisfecha por la visibilidad del mayor evento al que asiste desde el inicio de la crisis del coronavirus. “Vuelve a haber movimiento”, añade la mujer.

La elevada cifra de visitantes, que se contaron por miles, se tradujo rápidamente en desabastecimiento en algunos puestos. El primero en bajar la persiana fue el de los ganadores, si bien otros productores advirtieron del riesgo de quedarse sin existencias para las últimas jornadas abiertas al público de un certamen cuyo cierre definitivo está previsto para las dos de la tarde de este sábado. “No descarto quedarme sin quesos ya para la penúltima jornada”, admitió María Veiga ante el aluvión de compras y unidades a las que dio salida en forma de degustaciones improvisadas.

“Está excelente, pero guárdamelo hasta última hora porque no quiero llevarlo en la mochila todo el día”, le suplicó un turista vasco a la productora coruñense, que accedió encantada. “No te preocupes, te lo reservo”, replicó dando un total voto de confianza al desconocido comprador.

Conocimiento y ocio

El interés no estuvo solo en los puestos. El auditorio y las salas del Calatrava permitieron también dar cabida a mucho conocimiento y ocio. Especial mención merece el foro de innovación lacteoquesera. Investigadores participantes aprovecharon la tribuna del festival internacional para dar relieve a las bondades de los quesos para la salud. El doctor Javier Fontecha, científico del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (Cial), respaldó la hipótesis de que al corazón le favorece el “alto consumo del queso, pero en pequeñas porciones”, y subrayó que los estudios realizados en los últimos años en varios países señalan los beneficios de los productos lácteos como el queso, la leche y los yogures en la prevención de enfermedades cardiovasculares, la diabetes y en algún tipo de cáncer.

Esta hipótesis es compartida por otros participantes en las jornadas como el experto en nutrigenética José María Ordovás, quien advirtió que “el veneno está en la dosis”, dando por hecho que a pesar de las bondades, el abuso del consumo podría traer consigo contraindicaciones para la salud.

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