Días intensos, de mucho trabajo y, a su vez, disfrute, los de la delegación noruega representada por Hanen, una organización que engloba a 500 productores de quesos, embutidos, sidras y turismo rural que ponen en valor el paisaje noruego y todos los productos que se hacen allí de forma artesanal. Al frente de la delegación está su director general, Bernt Bucher Johannessen, acompañado tanto por artesanos queseros como por productores de sidra noruega. Para degustar y hacer catas combinadas trajeron, entre otros, los quesos con los que ganaron los dos primeros premios de este certamen. “En 2016 nuestro queso Kraftkar, azul, se convirtió en el mejor del mundo en la 29.ª edición de este concurso en San Sebastián, título que volvió a conquistar en 2018 en Bergen con un queso Fana”, recuerda.
–Quesos y sidra, dos palabras que en Asturias son fundamentales a la hora de hablar del producto propio, como les pasa a ustedes. ¿Cree que tenemos mucho o poco en común?
–Es una pregunta interesante, sobre todo para responderla tras haber estado, hace días, visitando el oriente asturiano. Estuvimos en granjas y en queserías, y vimos cómo se elaboran el gamonéu, el cabrales y también el casín. Además pasamos por algunas pomaradas. Sin duda, tenemos mucho en común, tanto en el producto como en la forma de trabajar la tierra, el campo, además del paisaje, con una Naturaleza generosa tanto en valles como en montaña, que me recuerdan mucho a mi país.
–En su país hay una zona concreta donde se elabore más queso o los artesanos se distribuyen por todo Noruega?
–Nosotros representamos a todo el sector quesero del país, unos 80 productores. Les pueden parecer pocos en comparación a España, pero somos un país mucho más pequeño, con cinco millones de habitantes. La mayoría se hacen con leche de vaca roja noruega, leche de gran calidad teniendo en cuenta los pastos en los que se alimenta. Tal es así que por ella vienen a Noruega de otros países a montar sus queserías.
–Increíble la fama y el reconocimiento que están alcanzando las sidras noruegas de nueva generación a nivel mundial. ¿Cómo se recibieron aquí?
–Muy bien, estamos muy satisfechos. Nuestra sidra se elabora siguiendo el método champenoise. Contamos también con una sidra de hielo. En Noruega la zona de mayor producción es en los alrededores del fiordo de Hardanger, que representan el 40 por ciento de la producción frutícola del país. Es una zona más cálida y donde el invierno no castiga tanto a los manzanos. Allí se aprovecha por ejemplo la luz que se refleja en las aguas para acabar de madurar las manzanas, de las que hay una variedad enorme.
–Se atrevería a elegir un sólo queso asturiano como su favorito después de estos días de contacto directo con productores tanto aquí en el certamen como en sus propias queserías?.
–Es muy difícil porque tengo varios favoritos pero si tengo que quedarme con alguno diría que el Cabrales. En este viaje he sentido que, para los asturianos, sus quesos son mucho más que un alimento, son también su historia, sus raíces y su amor por su tierra.
