La basílica de San Juan el Real se quedó ayer pequeña para despedir a Marta Fernández Serrano, una ovetense de 23 años fallecida tras un lustro de lucha contra el cáncer y miembro muy activo del grupo de universitarios cristianos Hakuna.

Su compromiso con este movimiento llevó ayer a Oviedo a un grupo muy numeroso de jóvenes que inundaron la “catedral del ensanche” y llenaron con sus voces y sus canciones una de las despedidas de mayor emoción que se recuerdan en el templo.

El movimiento Hakuna, al que pertenecía la joven Marta Fernández Serrano, tiene como finalidad la adoración eucarística y la música, lo que ayer se tradujo, en Oviedo, en una ceremonia “hermosa e impresionante”, en palabras del párroco de San Juan, Javier Suárez. La fuerte unión de los miembros de Hakuna y la lucha de Marta Fernández de estos años propiciaron, también, la celebración de otros homenajes, durante estos días, por toda España y en las redes sociales.

Ayer en Oviedo celebraron el funeral nueve curas y presidió el fundador de Hakuna, José Pedro Manglano, un sacerdote vinculado al Opus Dei, pero que el año pasado abandonó la prelatura para dedicarse en exclusiva a esta asociación privada de fieles.