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Hórreos de campeonato

“El valor es incalculable”, dice la pareja de Las Regueras premiada por la rehabilitación de tres construcciones tradicionales, una de más de 500 años

Xandru González, premio Hórreo Asturiano: “Es un orgullo que te den un premio por la conservación del patrimonio, que es algo de todos"

Xandru González, premio Hórreo Asturiano: “Es un orgullo que te den un premio por la conservación del patrimonio, que es algo de todos" Ana Paz Paredes

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Xandru González, premio Hórreo Asturiano: “Es un orgullo que te den un premio por la conservación del patrimonio, que es algo de todos" Ana Paz Paredes

El día de ayer fue un continuo sonar de los teléfonos de Paz González Mesa y Xandru González Fernández para felicitarles por ser galardonados con el premio “Lliño”, otorgado por la Asociación Amigos del Hórreo en su primera edición, y destinado a reconocer las labores artesanales de conservación de hórreos, paneras y cabazos asturianos. La razón es bien visible donde viven: sus tres espléndidos hórreos que, a lo largo de 20 años, los que llevan residiendo en Puerma (Las Regueras), han rehabilitado y matienen en perfecto uso. Ambos, además, son grandes divulgadores de cuanto tiene que ver con la cultura asturiana, la vestimenta y los oficios tradicionales, estos últimos los ejercen desde siempre y, al tiempo, los comparten y explican a través de las redes sociales como es el caso de Xandru. Paz, por su parte, es filandera, tejedora y experta en la obtención de colores y tintadas naturales.

El premio ha servido para poner de nuevo de actualidad los hórreos y paneras de Asturias en la región. “El primer hórreo que rehabilitamos fue el de esta casa, sólo quedaban los pegollos y trajimos y rehabilitamos uno llegado de Prahúa (Candamo); el segundo es del siglo XVI y vino de Santianes de Pravia y el tercer, el que teitamos con paya de centeno, vino de Salas y será, como el primero, del siglo XVIII. De los tres el del siglo XVI es el que más trabajo llevó a Paz quien fue quien rehabilitó las pinturas. Este nos lo regalaban. Cuando lo vi se me cayó el alma a los pies. La gente no es consciente del valor incalculable que tiene una construcción de madera como esta, con más de 500 años de antiguedad”, explican ambos que realizaron todas las rehabilitaciones sin pedir ayuda alguna.

Detalle de una de las pinturas restauradas por Paz González hace unos diez años. | Ana Paz Paredes

Ellos creen que el Principado si debería de recuperar algunos de ellos con enorme valor histórico y cuando el propietario no puede abordar su coste, sin embargo piensan, igualmente, “en vez de dar subvenciones pequeñas el Principado lo que tendría que hacer son campañas de concienciación sobre ellos y sobre la cultura popular y la vida en el pueblo en general”.

Sus tres hórreos tienen su función: “en uno están los trastos, en otro los productos de la huerta y en el otro todo lo que tiene relación con la fabricación de la sidra”, señala esta pareja que, además de por fuera, muestra al mismo tiempo la riqueza del campo asturiano y lo que de él obtienen. “Los hórreos, para que se mantengan, necesitan que el pueblo tenga vida; si los hórreos mueren ye porque el pueblo muere”, sentencian.

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