La suspensión de los partidos de los equipos senior previstos el fin de semana en el campo de rugby del Naranco a causa del barrizal provocado por el temporal ha llevado al Real Oviedo Rugby y sus aficionados a reavivar la exigencia de instalar un terreno de juego de césped artificial que termine con los problemas de drenaje de las instalaciones.

Los aficionados recuerdan que llevan diez años reclamando una solución para el campo, ubicado en el complejo deportivo de Vallobín, sin encontrar una solución, a pesar de las continuas promesas del gobierno regional y el Ayuntamiento de encontrar una solución conjunta para abordar unas obras que se estiman en torno al medio millón de euros.

Si bien las posturas entre administraciones se acercaron el pasado mandato, llegando incluso a firmarse un convenio a dos bandas para acometer los trabajos, ahora las posturas están de nuevo distanciadas por discrepancias en cuanto a la cantidad que debe aportar cada una de las administraciones.