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El Ayuntamiento diseñará un plan específico para convertir la muralla en un atractivo turístico

Canteli celebra el fin de las obras en Paraíso y fía al futuro la solución al recrecido de ladrillo que los arquitectos piden derribar

De izquierda a derecha, el arquitecto José Ramón Fernández Molina; Nacho Cuesta y Alfredo Canteli. | N. Quintas

La “nueva” muralla ya luce en Paraíso. Ayer se puso punto y final a los trabajos en el tramo del cercado medieval que se conserva en la parte baja del Antiguo. Limpia y libre de vegetación, la muralla se puede apreciar desde la calle. El equipo redactor, dirigido por el arquitecto José Ramón Fernández Molina, adelantó en este periódico su voluntad de ir un paso más allá y convertir la fortificación medieval en un atractivo turístico. El Alcalde recogió ayer el guante y plantea desde el Ayuntamiento la necesidad de crear un plan turístico específico para dar a conocer la recién recuperada muralla. Alfredo Canteli anunció su voluntad de instalar paneles en algunos espacios libres para dar a conocer el cercado de la ciudad.

Canteli anunció la intención municipal de colocar, en principio, dos placas, una en cada extremo de la calle Paraíso. En ellas se pretende contar la historia de la muralla medieval. Para los expertos, según indicó el arquitecto ovetense, es fácil leerla sobre la propia piedra, pero “hay que ayudar a los que no lo son”. A ojos del técnico, revitalizar el monumento como una pieza turística es fundamental para garantizar su conservación.

“Tenemos que ponerla en valor de cara al turismo”, sentenció Canteli, que celebró la recuperación de un elemento olvidado de la ciudad. “Todo lo que sea recuperar Oviedo es bueno”, se congratuló el Alcalde. Desde el Ayuntamiento, adelantó, quieren dar a conocer la muralla, “que la gente la conozca, que sepa dónde está y que venga a verla” pero que, sobre todo, conozcan su historia. El cercado que se conserva en Paraíso cuenta la historia de una ciudad y de su crecimiento a través de las casas que se construyeron sobre los muros cuando los peligros militares fueron desvaneciéndose y la población aumentando. En el lienzo se ven los recrecidos que se le fueron haciendo al muro original o las heridas que dejó la industrialización y las necesidades de su vecina, la Fábrica de Gas.

Sobre estas líneas, Luis Pacho, Fernández Molina, Canteli y Cuesta, junto a la muralla. | V. Alonso

Uno de esos recrecidos, más moderno, es la espina que le ha quedado clavada al equipo redactor. En el tramo de la Casa Sacerdotal hay un muro de ladrillo construido sobre el adarve de la muralla que no respeta la integridad del monumento. Media hora antes de que se recepcionase la muralla por parte de los técnicos y políticos municipales, alumnos de la Facultad de Historia de la Universidad de Oviedo visitaban el cercado medieval. “Como veis aquí hay un recrecido que desmerece la muralla”, explicaba la profesora que guiaba al grupo. Es un sentimiento compartido por los arqueólogos y arquitectos que conformaron el equipo encargado de rehabilitar la muralla, que siempre apostaron por derribar el recrecido. El Arzobispado se opuso de manera frontal alegando pérdida de intimidad en la casa y falta de seguridad para los residentes. El Ayuntamiento les ofrecía levantar una solución que cumpliese con sus exigencias, pero que respetase la estética del monumento, pero tampoco hubo acuerdo y esa intervención, requerida por el Principado, ha quedado para el futuro.

El Consejo de Patrimonio del Principado de Asturias emitió un informe este 16 de noviembre en el que aseguran que “la solución propuesta para el remate no se considera adecuada” e insta al Ayuntamiento a encontrar otra solución. Canteli, ayer, reiteró su voluntad de dejar el derribo para después: “Encontraremos una solución”.

La recuperación del Antiguo seguirá por el estudio del casco viejo encargado a Juan Tur


El análisis del casco histórico que el Consistorio le ha encargado a Juan Tur, uno de los arquitectos que están detrás del proyecto para reordenar los terrenos del viejo HUCA, será la siguiente piedra a poner en la recuperación del Antiguo. El teniente de alcalde Nacho Cuesta señaló que este documento será un estudio exhaustivo de los edificios del casco histórico y que contará con la participación de los vecinos por lo que será “muy completo”. Con ese documento, que se espera tener en los próximos meses, el área de Urbanismo encargará el plan especial. La voluntad es ir cerrando las heridas abiertas –como el Martillo de Santa Ana, la Casa de los Llanes en la plaza de la Catedral, el antiguo hogar de San José– al tiempo que se van analizando otros problemas de carácter social y comercial. La idea es que el casco histórico no sea un monocultivo del ocio nocturno y se abra a otro tipo de negocios y hostelería. Los problemas y necesidades se quieren apuntalar con el estudio de Tur. Uno de los pasos a dar, que lleva más de un año sobre la mesa del Ayuntamiento, es la instalación de las cámaras de videovigilancia en distintos puntos del casco viejo.

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