Una ópera contemporánea dedicada a una de las intelectuales de mayor peso en el ámbito filológico español como fue María Moliner, la recuperación de un obra de Joaquín Valverde estrenada en Nueva York en 1917 o el montaje que sobre la lírica nacional ha desarrollado el artista Rodrigo Cuevas dirigido por Fernando Carmena son el trío de ases con el que la temporada de Zarzuela de Oviedo quiere abrirse a nuevos públicos y acercar a espectadores más jóvenes a uno de los pocos géneros artísticos autóctonos de España. El festival, que el 24 de febrero llega a su XXIX edición, organizado por la Fundación Municipal de Cultura y con el patrocinio de LA NUEVA ESPAÑA, mantiene la esencia de los grandes títulos ("Los Gavilanes", en el arranque del ciclo, "Katiuska" o "El Rey que rabió"), pero suma estas nuevas vías en la programación, en una sección denominada off zarzuela y que incluye los citados títulos de Cuevas (en el Filarmónica) y Valverde, una producción propia desarrollada en colaboración con la Universidad de Oviedo.

El festival se presentó este viernes, un día antes de la puesta a la venta, este sábado 11 de diciembre, de los abonos de la temporada, que incluyen los tres grandes títulos ya citados y la ópera "María Moliner", un ejemplo de ópera contemporánea que ya estuvo prevista el año 2020 pero tuvo que cancelarse por la crisis sanitaria del covid. Los abonos salen a un precio de 147, 99 y 77 euros, según localidades, y estarán a la venta hasta el 3 de febrero. La previsión es, como señaló en la presentación el concejal José Luis Costillas, es que los espectadores aprovechen para incluir estos abonos en sus regalos navideños, "que se regale cultura con mayúsculas". Además, en el empeño de captar más público y aumentar audiencias, el presidente de la Fundación Municipal de Cultura también destacó que se han reducido los precios de las entradas sueltas de las Zarzuelas en las localidades de Principal y las de Anfiteatro y General.

La temporada de Oviedo, que es la segunda después de la del teatro de la Zarzuela, un caso único en España de apoyo al género lírico nacional por antonomasia, supone también, explicó su director artístico, Cosme Marina, un gran motor en la industria cultural, al ser "el mayor empleador de artistas líricos españoles" después de Madrid. Efectivamente, recordó, la orquesta es Oviedo Filarmonía, se suma la Capilla Polifónica "Ciudad de Oviedo", los directores y los cantantes son nacionales y todos los actores y figurantes, ya que la Zarzuela es un género híbrido, se seleccionaron en Asturias. En total, calculan, la temporada da trabajo a unas 300 personas solo en este apartado de músicos y actores.

Cosme Marina celebró también que el Campoamor haya cumplido su promesa y se incluyan en esta edición los títulos que se cayeron por el covid, como fueron "Katiuska" y "María Moliner". "No todos los teatros han asumido ese compromiso", explicó. Respecto al programa, destacó la presencia de grandes directores de escena, como Emilio Sagi, Mario Gas, Bárbara Lluch y voces tan destacadas como Ainhoa Arteta, José Bros, Ángel Ódena, María José Montiel o Jorge Rodríguez-Norton,

En el apartado de las novedades, Marina destacó el título "Land of joy" (el 12 de febrero), una función escénica en la que ha participado la Universidad de Oviedo, con la puesta al día de las partituras. El Festival de Zarzuela de Oviedo cumple, con este proyecto, uno de sus objetivos, el de la "recuperación patrimonial". Valverde, contó el director artístico del ciclo, fue un autor muy popular, que firmó títulos como "Clavelitos", y operetas en inglés que lograban el aplauso del público neoyorquino y de la comunidad de emigrantes.

En Barbián, que se podrá ver en el teatro Filarmónica, el 8 de abril, Rodrigo Cuevas, resumió Marina, "lanza una mirada muy suya a la zarzuela, a algunos de los grandes clásicos, ejemplo de que el género está muy vivo y le sigue interesando a las nuevas generaciones". Por último, el cierre correrá a cargo de "María Moliner". No se trata de una zarzuela, sino de una ópera, que justifica su presencia en el ciclo por ser un festival de "teatro lírico español". "Por tanto", concluyó Marina, "está en el ADN del festival el apoyo a la ópera española".

Por la izquierda, Rut Ruisánchez, Cosme Marina, Pilar Rubiera, José Luis Costillas y Francisco García, este viernes, en la sala de prensa del Ayuntamiento durante la presentación del XXIX Festival de Teatro Lírico de Oviedo. Cristina Velasco.

Rut Ruisanchez, presidenta de la "Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo" celebró que gracias a programaciones como esta la formación ha seguido trabajando en estos tiempos difíciles de crisis sanitaria y celebró el tono "divertido, contemporáneo y de connotación social" del festival. "Esta es una oferta cultural única". Francisco García, subdirector de LA NUEVA ESPAÑA, periódico patrocinador de la muestra, recalcó el compromiso de este medio con la programación cultural de Oviedo, tan "ecléctica", contó, "que puede combinar rock, zarzuela y ópera" en un mismo fin de semana. "Nuestro compromiso es ser la caja de resonancia de todas estas iniciativas tan relevantes", resumió.

"Un orgullo y un reto" para la OFIL

Asumir la programación del festival de teatro lírico de Oviedo supone, para Oviedo Filarmonía (OFIL) "un orgullo y un reto". Fueron las palabras que utilizó la presidenta de la Fundación Musical Ciudad de Oviedo, Pilar Rubiera, en la puesta de largo de la nueva temporada. Rubiera también quiso subrayar el peso que las mujeres tienen en esta programación. De un lado, explicó, en "El Rey que Rabió", una zarzuela con libreto del dramaturgo asturiano Vital Aza, habrá una directora al frente de la orquesta, la murciana Virginia Martínez. Además, en este título la dirección de escena corre a cargo de otra mujer, Bárbara Lluch, nieta de Nuria Espert e hija de la productora teatral Alicia Moreno. El sesgo feminista de la temporada se refuerza con la ópera "María Moliner", título contemporáneo y homenaje a otra mujer a la que la Real Academia dio la espalda en vida y a la que tuvo que desagraviar 40 años después de su fallecimiento.