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Preacuerdo para el Calatrava: dos plantas serán para el Ayuntamiento de Oviedo y otra para uso comercial

Los dueños del antiguo Modoo anuncian que están dispuestos a invertir en una reforma del complejo y ceder dos tercios al municipio

El Calatrava, visto desde uno de sus laterales.

El Ayuntamiento y el fondo Stoneweg, nuevo propietario del centro comercial del Calatrava, plantaron ayer las bases de un acuerdo para repartirse los metros cuadrados del antiguo Modoo. La entidad financiera radicada en Suiza y el Consistorio proyectan darle un vuelco al complejo de Buenavista. El fondo de inversión estudia ceder las dos plantas inferiores del centro comercial al Ayuntamiento, que las convertiría en un espacio expositivo. El piso superior se quedaría en manos privadas. Para lograrlo, hace falta una reforma en la que el gigante inmobiliario está “dispuesto a invertir”.

El planteamiento que se puso ayer sobre la mesa pasaría por que el fondo pague la deuda que el centro comercial tiene con el Ayuntamiento –tres millones de euros cuando llegue 2022–, ceda de manera gratuita dos tercios de las antiguas galerías al municipio y las dos partes reformen el espacio. Para llegar hasta ahí, queda encontrar los instrumentos jurídicos adecuados y cuadrar los números. Según fuentes del gigante inmobiliario, nada indica que la operación no vaya a salir adelante y la intención de la entidad financiera es “acelerar a partir de ahora” para convertir la fallida galería en un proyecto viable que puedan vender en el medio plazo. “No vamos a quedarnos, intentaremos encontrar inversores que gestionen la parte dedicada a la explotación económica”, explicaron ayer desde la entidad financiera que piensa ya en “empresarios locales”.

Stoneweg, que prestó cuatro millones de euros a los anteriores dueños del complejo, tiene una deuda millonaria sin cobrar y se va a quedar con un activo que solo le iba a suponer pérdidas. Tras tantear el mercado y no encontrar un inversor, los suizos cambiaron las reglas del juego. Ven con buenos ojos el plan municipal y confían el futuro del centro comercial al turismo de congresos. Es por eso por lo que les interesa la planta superior, a la que no se entra por la puerta principal del complejo, sino desde la esquina de las calles Policarpo Herrero y Eduardo Herrera. El futuro atractivo del espacio comercial estaría en la reforma. Los consumidores los traerá la actividad ferial y, con las futuras obras, los congresistas tendrán que pasar por los negocios que se instalen en la planta en la que estaba instalada la mayor parte de la hostelería del Modoo para cruzar del Palacio al recinto expositivo.

Aunque no están cerrados los usos finales del piso, los nuevos dueños de las galerías estudian la posibilidad de recuperar la hostelería, pero no proyectarán “un centro comercial al uso”. Los locales, explican, tendrían actividades diversas. Algunas ya las tienen claras, y hablan directamente de dedicar un espacio “a la distribución”. Según ha podido saber este periódico también se valora incorporar alguna zona de oficinas.

El fondo, que, al igual que el Ayuntamiento, es optimista con el resultado de la operación, muestra, no obstante, cierta cautela: “Hasta el rabo todo es toro”. Entre las cosas que quieren estudiar en detalle es el acceso al complejo desde Eduardo Herrera, así como los costes de una reforma que todas las partes estiman necesaria, pero que todavía no se ha dibujado. “Todavía queda mucho trabajo por hacer”, coinciden fuentes de la negociación.

“El acuerdo con los propietarios del Calatrava está cerca y es posible”, anunció ayer el teniente de alcalde Nacho Cuesta, que presidió una reunión con representantes del fondo en la que también estuvo presente el director general de Urbanismo, Jorge Fernández-Mier. Cuesta, que no quiso profundizar ayer en el contenido de la reunión, sí confirmó que el acuerdo “se sustentará en una gestión mixta” en la que “una parte será pública y otra privada”. El teniente de alcalde sí precisó que parte del antiguo centro comercial deberá convertirse “en la extensión necesaria del Palacio de Congresos, como el espacio expositivo del que ahora carece”.

Desde Stoneweg aseguran estar buscando una fórmula para darle “viabilidad a largo plazo a un complejo que ya ha fracasado antes”. Lo que hay, no vale nada y hay que repensarlo. Ayer, la entidad financiera suiza se ofreció a invertir en el activo para reformarlo. Están dispuestos a pagar el IBI que adeudaban los anteriores propietarios y, después de que el Ayuntamiento rechazase suscribir un contrato de alquiler, les han ofrecido la cesión gratuita de las plantas principales.

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