La fortuna estuvo a punto de pasar de largo por Oviedo, donde tan solo cayó un cuarto premio. Y de refilón. La mayor parte del 42.833 que se vendió en la ciudad fue despachado en la administración de lotería que está en la calle Valentín Masip, en la esquina con Silla del Rey, de donde salieron diez décimos, con 20.000 euros cada uno. Los dueños de este despacho de lotería desconocen a quién han podido ir a parar en un barrio lleno de vida y comercios.
Aún quedaron otros tres décimos más que se despacharon en otras tres administraciones. Los dueños de dos de ellas, en el barrio de Pumarín y en la calle Uría, se estrenan dando premios en un sorteo de la Lotería de Navidad. En Jovellanos, en el popular “Estanco de la Suerte”, son muchos ya los repartidos.
Y es que son ya unos veteranos que estaban preparados con trajes de fiesta y brilli-brilli por si les tocaba dar un premio algo mayor. No fue así. El Gordo viajó en AVE, que no llega a Asturias, y sus euros circularon por otras rutas sin parada en el Principado.
Más de refilón todavía le llegó la suerte a dos clubes deportivos de la ciudad, el Unicaja Banco Oviedo Baloncesto y el Unión Financiera Balonmano Base Oviedo, que se llevaron un premio pequeño pero que les sirve para esbozar una sonrisa. El OCB vio premiado su 91.187, agraciado con cinco euros por cada euro jugado.
Una pequeña alegría para un club que se recupera de un brote de covid que ha afectado a cuatro de sus jugadores y que les ha obligado a aplazar sus dos últimos partidos de la LEB Oro, la segunda categoría del baloncesto español. Uno de ellos ante el Palencia, rival de solera y con el que han disputado tres veces el play-off de ascenso a la ACB, y el otro ante el Girona, otro rival especial, en este caso porque venía nada menos que con Marc Gasol, Premio Princesa de Asturias de los Deportes y campeón de la NBA que ha decidido prolongar su carrera en el club del que es dueño.
Pero si hay un equipo que está de dulce este año ese es el Base Oviedo, que jugó el 78.548, coincidiendo los dos últimos números con el Gordo del sorteo de Navidad. Seis euros por euro jugado ganan los que compraran una papeleta de este club que no sabe lo que es perder en los doce partidos que lleva disputados esta temporada en el grupo B de Primera Nacional, la tercera categoría del balonmano español. Y si de dulces se trata, también la pastelería Boutique Mi Pan, en la Plaza del Fresno, repartió una pedrea a todos los clientes que compartieron un número con ellos.
Valentín Masip endulza las fiestas a diez afortunados
Una decena de elegidos se toparon con la suerte en Oviedo en pleno verano, cuando el calor más apretaba. “Los décimos premiados se vendieron de uno en uno en el mes de agosto”, explica Dolores Moraño, lotera de la administración El Carbayón, de Valentín Masip, desde hace 17 años, apenas unos minutos después de escuchar a los niños de San Ildefonso cantar el cuarto premio de la Lotería de Navidad, el 42.833, del que las titulares de la oficina de la concurrida rúa ovetense vendieron una serie completa.
Los 200.000 euros repartidos entre una decena de clientes por parte de la titular del despacho y su compañera Natalia Francisco conformaron el mayor botín dejado por el tradicional sorteo navideño en la capital asturiana. Aunque la cuantía no fue muy alta, para las vendedoras el reparto de este premio supone un punto de inflexión. “Seguro que nos ayuda a recuperar los niveles de venta perdidos por la pandemia”, indicó Moraño mientras posaba orgullosa con el cartel con el número del cuarto premio.
No era la primera vez que la suerte sonreía a Valentín Masip. Hace solo dos años, el mismo establecimiento despachó un billete con un quinto premio gracias al número 66212, una trayectoria exitosa de la que dan cuenta los numerosos clientes del establecimiento. “Llevamos una buena campaña, se ha vendido mucho porque la gente parece haber recuperado la ilusión”, relatan las dos vendedoras entre felicitación y felicitación de unos fieles que no dejaron de asomar por la puerta a lo largo de toda la mañana. “Felicidades, comparto vuestra alegría”, dijo una mujer asomando la cabeza desde la entrada de El Carbayón.
“Los décimos se vendieron de uno en uno en agosto”, dicen las loteras que repartieron 200.000 euros en su despacho ovetense
Sobre la identidad de los agraciados, poco se sabe. Los registros de la administración delatan que las ventas tuvieron lugar a lo largo de una semana del mes de agosto y cada agraciado se llevó un único décimo de los diez agraciados con 20.000 euros. “Parece que el dinero está repartido, lo cual nos satisface”, confesó Natalia Francisco, todavía emocionada por haber tenido la posibilidad de repartir la suerte entre compradores anónimos.
La celebración de las loteras hizo de imán para muchos curiosos, que no perdieron la oportunidad de acercarse a la administración tanto para comprobar si habían sido los agraciados como para adquirir participaciones en los próximos sorteos semanales. “¿No será este el que ha tocado, no?”, preguntó a la entrada de la administración un joven trabajador de la construcción con acento extranjero exhibiendo un décimo supuestamente adquirido en las últimas semanas en el establecimiento, donde hasta bien entrado el mediodía no perdían la esperanza de dar otro campanazo. “A ver, porque todavía queda el Gordo”, coincidían las loteras y los compradores. Por entonces, el primer premio aún no había sido cantado. Luego sería, un año más, esquivo con Asturias.
Una vez consumada la falta de fortuna con el primer premio, las vendedoras mostraron su confianza en que los pequeños premios repartidos ayer y hace dos años sean apenas la punta del iceberg de un futuro premio multimillonario. “Ojalá para la próxima podamos repartir mucho más dinero porque es uno de nuestras máximas ilusiones como loteras”, cruzaron los dedos Moraño y Francisco en plena vorágine de llamadas y felicitaciones. “A muchos ni les pudimos coger el teléfono”, confiesan ambas.
La suerte y el brilli-brilli es fiel a la familia Acebal
“El estanco de la Suerte”, la popular administración de lotería situada en la calle Jovellanos de la familia Acebal, en Oviedo, acudió como casi todos los años a su cita con el sorteo de Navidad. Lo hizo repartiendo un premio y con todo lo que lo acompaña: brillantes chaquetas, sombreros y hasta una botella de cava por si, a última hora, le diera al Gordo por venir a Oviedo.
No sucedió y, esta vez, el emblemático estanco solo repartió un décimo del cuarto premio, es decir, 20.000 euros que pueden haberse quedado en Oviedo o estar en cualquier lugar de España. “Vienen muchos turistas por aquí”, reconocía José María Acebal, uno de los dueños del local, a lo que su hermana Tere añadía un deseo: “Ojalá que se haya quedado en Asturias”.
No es fácil porque se trata de una administración por la que pasan buena parte de los viajeros que vienen a Oviedo y deciden visitar la calle Gascona, muy próxima al estanco y uno de los principales reclamos gastronómicos de la capital del Principado. José María Acebal reconoce que ha sido un buen año en cuanto a ventas de Lotería de Navidad, con números que se han pedido tanto que hasta se han agotado: “Las ventas han ido muy bien, por encima de la fase anterior a la pandemia, se acabaron todos los números que acababan en 21, por el año, y en 7”, explica.
Detrás de él, el alma de la administración, la emblemática Teresa Muñiz, insiste en que están “muy contentos”. Felicidad por haber repartido algo de dinero, haya ido a parar donde haya ido, y también por seguir ahí, en la calle Jovellanos, en un estanco de horarios impredecibles y que siempre llega fiel a su cita con la suerte.
Pumarín saborea su pequeña gloria: "Estamos emocionadas, nunca habíamos dado un premio"
L. B.
El barrio de Pumarín de Oviedo también se llevó un pequeño pellizco del premio más repartido del sorteo de la Lotería de Navidad de este año. El estanco en el número 2 de la calle Padre Buenaventura Paredes celebró por todo lo alto la venta de un décimo del número 42.833, agraciado con 20.000 euros. “Que conste que es de los de máquina y aunque a la gente no les guste mucho, queda demostrado que también tocan”, advirtió la lotera Pilar Pérez, quien junto con su compañera Nuria Muslera nunca pierde la esperanza de poder repartir alguno de los principales premios del tradicional sorteo. Las trabajadoras del estanco, trasladado a la calle Padre Buenaventura Paredes hace dos años desde la avenida de Pumarín, tenían preparada la sidra achampanada, gafas con decoraciones festivas y hasta un gorro de Papá Noel por si las moscas. “Es nuestro primer premio de Navidad y estamos muy emocionadas”, confesaron las dos vendedoras entre brincos de alegría detrás del mostrador.
Al igual que en los otros establecimientos afortunados de Oviedo, las titulares desconocen la identidad del premiado, aunque sí tienen alguna idea cuándo se pudo haber vendido el décimo ganador. “Fue una venta reciente, en las últimas semanas”, calcula Nuria Muslera, que al igual que su compañera se muestra confiada en que el bendecido con los 20.000 euros del premio haya sido algún cliente fiel.
Sabedores del éxito de su punto de venta de cabecera, muchos habituales del estanco formaron pequeñas colas a lo largo de la mañana para comprar y ya de paso felicitar a sus loteras y estanqueras de cabecera. “Felicidades a alguien, pues le habéis dado mucha suerte”, espetó un comprador a su entrada en el concurrido punto de venta de tabaco y de décimos de lotería de máquina.
Fernando y Luz, un premio a la primera: la pareja lleva solo 6 meses en el estanco de Uría
L. B.
Fernando Ruiz y Luz Ferrero llevan poco tiempo –tan solo seis meses– al frente del estanco y administración de lotería situado en el número 62 de la calle Uría de Oviedo, el más próximo a la estación de tren en la que muchos de los turistas que vienen a Asturias se bajan para iniciar su ruta. Tanto que son incapaces ni de imaginarse quién es el comprador del décimo premiado con un cuarto premio de la Lotería de Navidad que se despachó en su establecimiento. Un pequeño papel que ahora tiene un valor de 20.000 euros y que fue impreso en la máquina de la administración. “Es un décimo de máquina”, concreta Fernando Ruiz, que añade que lleva tan solo “seis meses” al frente de un negocio que abrió por primera vez sus puertas en 1940. “Es el primer premio que damos desde que estamos aquí”, añade con emoción, puesto que, reconoce, “estas cosas llaman a la gente, la gente va a donde toca”, señala. Bueno para el ganador y bueno para el negocio. Ruiz explica que se trata de una administración por la que pasa muchísima gente, más todavía en estas fechas navideñas y en otras como el puente de la Constitución. Y es que están muy próximos a la estación de tren por la que se bajan muchos de los turistas que se acercan hasta Oviedo y, además, se encuentra en una de las calles más transitadas y más comerciales de la capital del Principado. “Viene mucha gente de fuera; en el pasado puente de la Constitución se pasaron por aquí muchísimos turistas”, explica el dueño de esta pequeña administración. Por lo tanto, Fernando Ruiz es consciente de que “este décimo puede estar en cualquier parte de España”. Ellos, todavía con una trayectoria corta al frente del negocio, se estrenan con este premio, pero aseguran que los que llevaban el estanco antes que ellos ya dieron un premio importante de este sorteo de la Navidad.
