“Tigre” es una perra de dos años y medio y raza labrador cuya vida pende de un hilo, pero sigue respirando gracias a la rápida reacción de sus particulares ángeles de la guarda, los voluntarios de la ONG “Mundo vivo”. Estos la rescataron de la finca de Sograndio en la que estaba agonizando sin que su dueño, un hombre también enfermo, pudiera hacer nada para atenderla a ella y sus otros tres perros. Los artífices del rescate se muestran indignados por la “inoperancia” del albergue municipal de animales, cuyos responsables, aseguran los activistas, se negaron a intervenir “con la excusa de que necesitaban una orden judicial”.
La perra sufre una parálisis muscular en casi todo el cuerpo provocado por el avance del tétanos que contrajo debido a un corte que se produjo supuestamente con una chapa metálica. Los vecinos llamaron a la Policía Local tras verla como agonizaba y el cuerpo municipal trasladó el aviso al albergue, que declinó intervenir por cuestiones legales.
El presidente de “Mundo vivo”, Luis Bernardo, se mostró muy molesto por la “inoperancia y falta de voluntad del albergue”, pues, según explicó, los voluntarios accedieron a la finca privada con permiso del dueño para retirar al animal y trasladarlo a la veterinaria de la ONG, donde se encuentra estable dentro de la gravedad. “Tiene muy pocas posibilidades de recuperar”, lamentan.
