Quedan pocos días para la cabalgata y el trabajo se amontona entre ropa y decorados en la Escuela de Minas de Oviedo. La ciudad quiere acoger a los Reyes Magos de la mejor manera posible, pero también de forma segura. Por eso, es necesario realizar pruebas de antígenos o pcr para poder participar en el desfile y la preparación de este año es algo inusual en cuanto a división de grupos, prueba de trajes y medidas de seguridad. Hay tanto interés por cumplir los protocolos que Prince Kennedy no podrá ser ayudante de Baltasar debido a que el día cuatro de enero regresa de un viaje a Nigeria y aunque los resultados del test den negativos, toda precaución es poca. En su lugar, estará Alí Myob, quien parece muy implicado en su nuevo proyecto: "Estoy feliz, soy padre y disfruto de la emoción de los niños". El abogado Bernardo Gutiérrez de la Roza será el asistente de Melchor y el hostelero Miguelo García, de Gaspar.
Myob tiene 41 años, es de origen senegalés y lleva 14 años viviendo en Oviedo. Trabaja como recolector de frutas y no pierde ocasión de colaborar cada navidad con los eventos que se celebran. Ha sido ayudante en la cabalgata de Langreo y también en la recepción de la escuela infantil de Laviana. "Para mí, lo que más vale es transmitir alegría a la gente", afirma el recién africano.
Mientras tanto, en el centro neurálgico de los preparativos, en la calle Independencia, se preparan los figurantes, pajes y variopintos personajes que seguirán a Sus Majestades de Oriente durante este trayecto para los niños ovetenses. Planchas, pruebas de vestuario, perchas con trajes orientales y un revuelo muy ordenado al que acompañan los medidores de temperatura, las ventanas batientes y las aulas separadas. "Queremos mantener esta fantasía de Oriente que tanto llama la atención a los más pequeños, pero sin olvidar la situación sanitaria actual. Porque el mayor peligro es aquí dentro", afirma Luis Antonio Suárez, organizador del evento. Por eso, se está utilizando también el hall de Minas para resguardar los trajes y cada temática se divide en espacios donde no pueden acceder más de cinco personas.
Se puede leer en las puertas carteles con nombres de diferentes ciudades y personajes, que separan a las comitivas de forma ordenada. En su interior, se encuentran todo doblado y preparado para los participantes. También hay muchas perchas, algunas con nuevas adquisiciones, como parte del vestuario de "55 días en Pekín", otras con material reciclado que parece "a estrenar". "Aquí en los talleres se recicla todo", explica Suárez. Y se utiliza todo, hay unas capas decoradas con estropajos que parecen verdaderas joyas brillantes, diseñadas por Toñina Galán, que han resultado un éxito entre los asistentes. Otra novedad será la aparición de las mujeres de la marcha nórdica, que están a punto de dejarse caer para probar sus vestimentas.
Los reyes se encuentran inspirados en sultanes, reyes persas y egipcios. Melchor como Ramsés, Gaspar como Darío I y Baltasar como Solimán. Bernardo Gutiérrez de la Roza, es ayudante de Melchor y llega a probar su túnica desde Madrid con mucha ilusión. Los sastres se encargan de que cada medida encaje y la talla de las botas sea la correcta. Gutiérrez bromea con que le sobra cinturón, y alguien comenta: "Con cinco días aquí coges peso seguro".
Hay mucha expectación y, sobre todo, ganas de que salga bien. "Hay que ser responsables con la situación", explica Covadonga Díaz, concejala de Festejos de Oviedo. Sus Majestades al final viajarán junto a sus carrozas por tierras asturianas, pero manteniendo la distancia de seguridad y con antígenos negativos, porque aunque son magos, también se contagian.
