El año 2022 llegó cargado de medidas covid y alertas para los colegios, aunque en el caso del Carmen Ruiz-Tilve, en La Corredoria, no todo fueron malas noticias. Este lunes, al retomar el curso, dieron la bienvenida a un nuevo equipo directivo cargado de mujeres y de ganas de mantener el legado de su predecesora, Maite Fernández. Adriana González en la dirección, y Norma Pardo, recién estrenada jefa de estudios, entraron “con el pie derecho”, tal y como lo describieron, para comenzar una emocionante primera jornada. Montse Llano se mantiene en el puesto de secretaría por cuarto año consecutivo para aportar su visión veterana a la frescura de ambas docentes. “De poco sirve intentar llevar una buena gestión si no remamos todos en la misma dirección”, aseguran las tres.
El caminó quedó allanado por la trayectoria de Maite Fernández, que durante los 11 años de vida del colegio sacó adelante un proyecto que en ocasiones parecía inviable. Consiguió dar forma a un centro en el que el número de niños crecía de manera apabullante, mediante trabajo por proyectos desde párvulos hasta final de primaria, y con una visión educativa basada en el desarrollo emocional por encima de la visión académica. Sus herederas lo tienen claro: “Seguiremos la misma línea, siempre intentando mejorar”.
Todas son docentes por vocación y desde hace más de una década. En el caso de Adriána González no es su primera vez al mando de un centro educativo, pero sí el proyecto más grande: “Da algo de respeto, hablamos de una gran cantidad de estudiantes”. Lo conoce bien porque lleva cuatro años ejerciendo de maestra en sus instalaciones y casi la mitad en la jefatura de estudios. Además, en la facultad recibió clases de la cronista oficial de Oviedo que da nombre al colegio, Carmen Ruiz-Tilve, y asegura haberse impregnado de su pasión por el mundo de la enseñanza.
A pesar de los nervios, el sentimiento que predominaba en el despacho de dirección durante la primera toma de contacto era satisfacción. “La acogida ha sido maravillosa. Hasta los niños de infantil me recibieron con aplausos”, contaba con entusiasmo la responsable del centro. También expresó su agradecimiento al resto de equipo docente que ha confiado en ella y solo le ha hecho llegar muestras de afecto: “Creo que contar con un buen equipo es fundamental. Hay un capitán pero muchos marineros sin los que sería imposible mantenerse a flote”.
Desde el alumnado el cariño y la fe ciega en el futuro de su Ruiz-Tilve también se hicieron visibles. “Estoy muy orgulloso del colegio y de su ambiente. Creo que Adriana será una directora excelente, al igual que lo fue Maite”, aseguraba Alejandro Ibaseta, de sexto de primaria y representante de los estudiantes en el Consejo Escolar. En su opinión, la dirigente no solo ha demostrado sus dotes como profesora, también es una mujer con una visión moderna y actualizada del mundo. “Nos enseñó cómo usar Teams (una aplicación de reuniones online), algo que ha resultado muy útil en nuestro día a día”, reconocía Alejandro Ibaseta. La misma opinión generan en el joven las otras dos integrantes del equipo principal, ya que asegura que cree que mantendrán el patrón de diálogo y participación que se ha seguido a lo largo de los años.
La última propuesta de los más jóvenes en la reunión del consejo fue realizar actividades conjuntas durante el recreo para evitar peleas, una idea que tuvo una gran acogida. De aquí en adelante queda mucho que recorrer, de manera inmediata la lucha contra el virus, pero gracias a la implicación que tienen padres, niños y trabajadores nada parece imposible. Al estilo Ruiz-Tilve.
