“Muy disgustado” por las consecuencias de “un error humano”, el repartidor de bebidas acusado de atropellar causando la muerte a un peatón de 76 años en las inmediaciones de la plaza Primo de Rivera al mediodía del 17 de septiembre de 2020 reconoció los hechos ante la jueza. El varón aceptó hacer frente al pago de una multa de 540 euros, así como la retirada del carné durante tres meses. La aseguradora, por su parte, se mostró dispuesta a asumir los 74.500 euros de indemnización para el hijo del fallecido.

La Fiscalía solicitaba una multa de 3.000 euros y la retirada del permiso de conducir durante diez meses. Sin embargo, la buena sintonía entre las partes, representadas por los letrados Sofía González (acusación particular) y Manuel Álvarez (defensa) propiciaron un acuerdo consistente en una condena más benévola para el conductor, que argumentó desde el mismo día de los hechos que no había visto a la víctima cuando cruzaba por el paso de peatones situado entre la plaza y la calle Jerónimo Ibrán.

Las distintas versiones apuntan a que el conductor iba a la ruta de los vinos para entregar mercancía. Al llegar al paso de peatones se detuvo para dejar pasar a dos personas. Luego retomó la marcha sin darse cuenta de que una tercera estaba en el paso de cebra, impactando contra ella de manera violenta y golpeándole el abdomen y la cabeza.

El conductor se preocupó en todo momento por el estado del atropellado, que falleció apenas 24 horas después en el HUCA al no conseguir sobreponerse de las graves lesiones provocadas por el atropello. El acusado llegó incluso a acudir al Hospital para interesarse por su estado, pero al encontrarse el paciente en la UCI no llegó a poder verlo con vida.

Indemnización

El hijo del difunto, que tiene una minusvalía del 33% y convivía con él, se personó en la causa para reclamar una indemnización que en un primer momento no convenció a la aseguradora, aunque finalmente accedió a abonar la cantidad reclamada por el fiscal. Las partes coincidieron a la hora de valorar el suceso como “una desgracia” y se mostraron satisfechos, especialmente la defensa, que insistió mucho en reducir al máximo la retirada del carné por ser, según el abogado, “una herramienta indispensable” para su trabajo.