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Las comisiones piden “un protocolo claro” para recuperar el Oviedo de las cien fiestas

El Ayuntamiento destinará 150.000 euros en el presupuesto de 2022 para ayudar a recuperar las verbenas tras “dos años en blanco”

Ambiente en la plaza del Conceyín durante las fiestas de San Juan de La Corredoria de 2018.

Oviedo quiere volver a ser el municipio de las 100 fiestas, pero para ello necesita “seguridad jurídica”. Las comisiones de fiestas de los barrios empiezan a inquietarse ante la falta de “un protocolo claro” a seguir para retomar dos años después sus tradicionales verbenas y aunque reconocen haber empezado a negociar “verbalmente” con promotores para contratar algunas actuaciones, nadie quiere pillarse los dedos. “Queremos volver a hacer fiestas, pero todavía nadie nos ha explicado cómo”, apunta Jacobo Campa, organizador de las fiestas de La Florida y portavoz de la plataforma “Oviedo sin fiestas”.

El colectivo integrado por las comisiones de festejos de barrios como Vetusta, La Tenderina, La Florida o La Corredoria está a la espera de una reunión con el Ayuntamiento y de recibir directrices regionales de cara a tratar de recuperar un calendario festivo repartido mayoritariamente entre los meses de abril y octubre, que antes de la pandemia llegó a sumar alrededor de 100 celebraciones autorizadas por parte de la concejalía de Festejos.

Para contribuir con esta causa de retomar las citas festivas de barrios y localidades de la zona rural, el Ayuntamiento de Oviedo reserva en el proyecto de presupuestos de este año una partida de 150.0000 euros, similar a la de los ejercicios anteriores a la llegada de la pandemia mundial, que suprimió de un plumazo toda la programación festiva ovetense con la excepción de las grandes citas organizadas directamente por parte del Consistorio como San Mateo o la Ascensión.

Si bien las comisiones acogen con los brazos abiertos estas ayudas, instan a la administración municipal a poner todo de su parte para agilizar el cobro de las mismas, pues la última convocatoria de 2019 tardó en cobrarse más de un año de lo normal. “Necesitamos que el dinero llegue a tiempo para hacer frente a los pagos derivados de la organización”, apunta Jacobo Campa.

Fondos escasos

A pesar de la existencia de esta partida, algunos organizadores admiten problemas para poder hacer frente económicamente. “En 2019 ya no nos dieron subvención, así que de fondos estamos justos”, explica Clara María Iglesias, de la Asociación de Fiestas San Juan de La Corredoria, quien está a la espera de escuchar los planes de la administración antes de decidir si el populoso barrio recupera o no este 2022 las concurridas fiestas de junio.

Bastante pesimistas son también en Sograndio. “Al quedarnos sin chiringuito de San Mateo no tenemos recursos para afrontar una fiesta”, reconoce Marcos Álvarez, sin llegar a tirar la toalla del todo. “Estamos mirando opciones, si bien mucho dependerá de cómo estén las cosas sanitariamente”, añade el promotor de unas celebraciones que tenían en las fiestas de septiembre de la ciudad su principal fuente de ingresos hasta el cambio de modelo de la última edición.

En Tudela Veguín, la Sociedad de Festejos (SOFETUVE), la directiva Verónica Llaneza admite que “económicamente la cosa no va muy bien porque apenas tuvimos ingresos”, aunque admite que tienen ganas de volver a disfrutar de verbenas. “Nuestra idea es recuperar las fiestas, pero para ello necesitamos que las exigencias no sean tantas como ahora”, apunta Llaneza, sorprendida por el hecho de que se estén celebrando “actos con mucha más gente que una fiesta de pueblo sin tantas trabas”.

Otros como la asociación de vecinos “Paulino Vicente” de Teatinos son más cautos y antes de plantearse la recuperación de sus fiestas prefieren esperar. “De momento estamos a la espera de ver cómo evoluciona esta pandemia”, señala el presidente del colectivo, Santiago Camporro, partidario de mantener el reparto del bollo y la botella de vino en el mes de agosto “si no se agrava” la pandemia.

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