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"Es un despilfarro", clama la Escuela de Minas sobre su traslado desde Oviedo a Mieres

La escuela, que prepara un paquete de alegaciones al Rectorado, pide parar la mudanza y destinar los recursos a investigación

Francisco Javier Iglesias con varios de los equipos cedidos por la compañía ABB a la escuela de Minas de Oviedo. | Miki López

La dirección de la Escuela de Minas de Oviedo considera que su traslado al campus de Barredo (en Mieres) sería un “despilfarro de recursos” que solo añadiría “más gasto a los asturianos”. Ese será uno de los puntos que recogerán las reclamaciones que la escuela está preparando para presentar ante el rectorado de la Universidad de Oviedo. Tienen hasta el próximo día 15 para hacer su reclamación. Por eso, la escuela propone aprovechar el coste que supondría su mudanza para mejorar la investigación, reforzar los recursos actuales del centro o, incluso, en construir nuevas instalaciones que refuercen al edificio actual.

El director de la escuela de Minas, Francisco Javier Iglesias, pone el acento también en que “la gestión efectuada hasta el momento nos indica que es mejor compartir y aprovechar lo que tenemos, y no centrarnos en una serie de traslados ya que lo que debemos mejorar es en la calidad”. Por el momento, se desconoce por completo el coste del traslado y cómo se va a financiar. Pero Iglesias ya adelanta que “el gasto será ingente y no podemos dejar al azar o la suerte esta planificación económica. La misma estaría mejor aprovechada con la rehabilitación y la mejora de los espacios que ya existen”, recalca.

Para afianzar su reclamación de parar la mudanza, la dirección del centro echa mano del propio inventario de servicios con los que cuenta el centro y que, en su opinión, se quedarían por el camino. Más en concreto, el edificio de Minas de Oviedo, que cuenta con 14.500 metros cuadrados, alberga un laboratorio de vigilancia ambiental que tiene como principal objetivo “controlar los niveles de contaminación ambiental a los que está expuesta la población (analiza de forma constante la calidad del aire, del suelo, del agua e incluso de los alimentos)”. Este sistema pertenece a la red de vigilancia ambiental española y semestralmente remite los datos que va recopilando a la Comisión Europea y, de forma anual, al Congreso de los Diputados y al Senado. Teme la dirección de Minas que con el traslado toda esta información y los datos históricos recopilados por este sistema durante los últimos 25 años se acabe perdiendo y quede en nada todo el trabajo hecho durante más de dos décadas. Además, los planes, más a medio plazo, de la Universidad de Oviedo pasan por dejar solo dos campus universitarios en la capital asturiana, por lo que los rectores de la escuela de Minas temen que el emblemático edificio de la capital asturiana acabe en desuso, tras setenta años de historia y de docencia. No solo eso, también aseguran que hay otros dos laboratorios, uno cedido por la empresa EDP para que los alumnos puedan realizar ensayos electrónicos, y otro por ABB, para las clases de sistemas de control y de automatización. Es más, la dirección argumenta que en los laboratorios se ha realizado un esfuerzo económico para mejorar y adecuar el tendido eléctrico gracias a los antiguos equipos rectorales. “En caso de traslado, estas inversiones constituirían un despilfarro”, señala la dirección.

Sumando a todos estos argumentos el hecho de que muchas de las enormes máquinas que habitan en los laboratorios –y que siguen siendo usadas por los alumnos para sus prácticas– pueden llegar a pesar más de una tonelada, lo que complica su traslado, la dirección del centro argumenta que “la escuela politécnica de Mieres no ha sido dimensionada” para acoger a la escuela de Minas de Oviedo. Una mudanza complicada.

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