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Cristian Fernández, "El Pincho", el conocido hostelero y ganadero cuya muerte deja a Trubia desconsolada

"Murió trabajando, no podía ser de otra forma", lamentan los vecinos del fallecido, de 39 años, que perdió la vida al volcar el tractor con el que trabajaba

Cristian Fernández y su bar "La espuela"

Cristian Fernández transitaba casi a diario la misma carretera de Trubia, una vía por la que pitaba a modo de saludo a todos los viandantes de la zona y que llegaba hasta su ganado, por el que sentía verdadera devoción. Ese mismo tramo, entre Perlín y Pintoria, fue en el que esta mañana falleció. El inesperado vuelco del tractor que conducía acabó con su vida en el acto, un accidente que ha dejado a la localidad envuelta en confusión y lamentos.

El vehículo de segunda mano había sido adquirido por el joven hace poco tiempo, recién reformado y reparado. Aunque, según comparten sus familiares no se encontraba a gusto con él: "No se le veía muy convencido, se preguntaba para qué quería ese tractor". Consideran que fueron las condiciones del tortuoso camino las que propiciaron el mortal incidente. Se trata de un punto con una cuesta pendiente y estrecha en la que "si pisas el freno te vas para abajo". "Es una calzada que se encuentra abandonada por el Ayuntamiento", denunciaron sus seres queridos.

El tractor volcado en la carretera entre Perlín y Pintoria TPA

"Murió trabajando, no podía ser de otra manera", aseguraban sus allegados, que le describen como un jornalero entregado. Ganadero por vocación; hostelero para continuar con la saga familiar y albañil en busca de adquirir nuevas habilidades. El asturiano de 39 años conocido como "El Pincho" era de manos inquietas y espíritu incansable, tal como lo describen quienes le conocían. En la actualidad regentaba el bar "La Espuela", un legado de su padre: minero retirado, gerente de diferentes restaurantes y precursor de su mote. "Le conocían como 'El bocadillo' porque siempre repartía emparedados entre los trabajadores de la fábrica. Por lo tanto, sus hijos eran 'los pinchitos' y así se quedó", recuerda su tío Francisco Carreño.

Tanto amaba su apodo y sus orígenes, que jamás se mudó de su pueblo natal y fundó una cooperativa con ese mismo nombre: "El Pincho". "No perdía ocasión para asistir a las ferias de ganado de la zona", contaba su cuñada María Díaz. Aunque todas las horas que invertía en sus negocios, jamás le impidieron dedicarse en cuerpo y alma a su verdadera vocación: la paternidad. Progenitor de dos hijos, de 11 y 12 años, a los que protegía con ese ímpetu característico de los padres. "Era un padrazo. Si se separaba de ellos un rato, por ejemplo en una excursión, no paraba de llamar a ver si estaban bien", coincidían los presentes a las puertas del domicilio familiar, que se encontraban reconfortando a la madre.

Cristian Fernández

Cristian Fernández

Incluso, recuerda su tía María Jesús Fernández con cariño, llegó a lanzarse vestido y con zapatillas a una piscina al pensar que uno de sus sobrinos podía sufrir un percance nadando. Lo de las zapatillas no debía ser algo inusual en Cristian, ya que al parecer siempre las llevaba puestas, viajes y bodas incluidos. "Era tan natural y simpático...", afirmaba su padrino Jaime Eduardo Fernández. Todos coinciden en que nació con ese don característico de quien posee una espontaneidad agradable.

Trubia amaneció con un inesperado accidente, que movilizó a familiares y amigos desde diferentes puntos de la región, y se acostará aún incrédula de haber perdido a uno de sus vecinos más entregados. Mañana le darán el último adiós en la iglesia de Santa María de La Riera.

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