Esta mañana Oviedo despidió para siempre a Francisco González Álvarez-Buylla, Paquirri, como le llamaban sus amigos. Con él se va un hombre afable y enamorado de la vida que dedicó buena parte de su vida, con tanto entusiasmo como desinterés, a sus grandes pasiones: la música clásica y el Real Oviedo.

Al frente, durante muchos años, de la entidad que gestiona la Orquesta Oviedo Filarmonía y la banda de música, y de la la Capilla Polifónica, la Fundación Musical “Ciudad de Oviedo” lamentó hoy el fallecimiento del que seguía siendo su presidente de Honor y vocal del patronato de la fundación. Presidió la entidad desde 2002 y hasta agosto de 2020, Fue "una figura absolutamente imprescindible para hacer de Oviedo la capital de la música", explicó la gestora en un comunicado.

 “Francisco González Álvarez-Buylla, químico de profesión, fue una de esas grandes personalidades del ámbito ciudadano ovetense”, dijo la actual presidenta de la Fundación, la periodista Pilar Rubiera. “Amó la música y supo continuar a través de su trabajo, tanto en esta casa como en la Capilla Polifónica, la tradición que, desde hace siglos, vincula estrechamente la música a su querida ciudad”. En el ejercicio de su cargo, Paquirri Buylla “se convirtió en uno de los primeros y más apasionados embajadores de la orquesta Oviedo Filarmonía y de la Banda de Música 'Ciudad de Oviedo', y lo hizo siempre con generosidad, tratando de aunar voluntades y sin abandonar su sonrisa y sentido del humor”, añadió Rubiera.

Este mismo talante lo subrayaba la directora de la Fundación, María Riera: “Durante los 18 años que trabajamos juntos nació una relación de profunda amistad, no solo de trabajo. Fue un gran apoyo, armado con un gran corazón y un carácter siempre afable y dispuesto a construir a favor de la música y de su ciudad”. Francisco González-Alvarez Buylla “amaba profundamente la zarzuela”, recuerda la directora de la Fundación, “y la unión que se estableció con la orquesta y la Capilla Polifónica 'Ciudad de Oviedo' –coro del que fue fundador y presidente durante tres décadas-, continúa a día de hoy; el Festival de Zarzuela fue el origen de esta orquesta, y ha sido una de sus grandes aportaciones”.

Nacido en Oviedo en 1936, la Guerra le llevó a León, donde su madre murió, siendo él muy joven. De vuelta a Oviedo, su juventud fueron juegos y pandilla por el Campo San Francisco y veranos en Celorio. Se hizo químico sin vocación pero disfrutó haciendo análisis de aguas de los ríos asturianos. Su vida laboral lo ligó, hasta su jubilación, a la Confederación Hidrográfica del Norte, además de sus idas y venidas y proyectos empresariales. Vendió parrayos radioactivos y montó una empresa de pintura industrial con su hermano Vicente y sus hijos.

El fútbol y el tenis le dieron títulos y cierta vida deportiva. Fue juvenil del Real Ovieod en la temporada 1953-54 y jugó de 1952 a 1958 en el Unión Ovetense, Rácing de la Tenderina, Buenavista, Mosconia, Condal de Noreña, Marino de Luanco y Pumarín. Oviedista entregado, escribió una biografía de "Herrerita" junto a Lalo Covisa y fue un destacado miembro del Club de Tenis, además de ocupar durante algún tiempo la vicepresidencia de la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF). Casado dos veces, tuvo siete hijos, su mayor alegría.