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El Ayuntamiento ordena parar las obras de pintura en el bajo del edificio del “Serrucho”, en Oviedo

El consistorio da dos meses a la empresa para modificar el proyecto por uno que esté acorde con las medidas de protección del inmueble

El bajo del edificio del Serrucho, en plena intervención. Miki López

El Ayuntamiento de Oviedo ha ordenado la “paralización inmediata” de las obras que se estaban realizando en uno de los bajos comerciales del número 15 de la calle Cervantes, el popular “Serrucho” de Álvarez Castelao, por contravenir las normas de protección de este inmueble, que forma parte del Catálogo Urbanístico del Concejo de Oviedo. Además, le ha dado a la compañía responsable de estos trabajos el plazo “improrrogable” de dos meses para que presenten un nuevo proyecto que incluya una “propuesta que respete las condiciones estéticas y compositivas” a las que está sujeto este singular edificio. Los vecinos ya habían puesto días atrás el grito en el cielo al ver los trabajos que se estaban realizando en el bajo comercial. De hecho, habían asegurado que la pintura exterior que se estaba utilizando, de un llamativo azul marino, no respetaba las normas.

El consistorio reprocha que “cualquier intervención a realizar en el edificio tiene que tramitarse” solicitando una licencia y no mediante una mera comunicación previa. Es más, apuntan que “las obras que se están llevando en el interior del local “exceden a las señaladas en la solicitud”. Al igual que ya habían denunciado los vecinos, el Ayuntamiento agrega que la pintura exterior no cumple con la normativa estética y compositiva para los edificios incluidos dentro de este catálogo.

La actuación había causado un gran malestar entre los vecinos tanto por afectar a la imagen global del inmueble como por el hecho de que las estrictas normas de protección impiden a los propietarios realizar cualquier trabajo en las fachadas que puedan suponer una alteración estética relevante. Los administradores del “Serrucho” insisten en denunciar este doble rasero que se estaba aplicando hasta ahora entre el bajo comercial y sus representados, a los que no se deja realizar intervención alguna ni en la fachada, ni en el portal si no es bajo una serie de criterios muy estrictos.

Ahora, la compañía que explota el bajo comercial tendrá que atenerse a las mismas normas. El consistorio da dos meses a la empresa propietaria del local para presentar un nuevo proyecto. No obstante, puntualiza que la obra deberá de contar con la autorización de la consejería de Cultura. Será quien tenga la última palabra. También amenaza a la compañía con que, si no detiene de forma inminente las obras, podrá precintar el local y decomisar la maquinaria y los elementos auxiliares que se están utilizando para la construcción.

El departamento de licencias urbanísticas del Ayuntamiento apunta que los inmuebles que están acogidos al Catálogo Urbanístico del Concejo de Oviedo tienen que “conservar la composición y respetar los materiales de todas las fachadas exteriores sin introducir variaciones en el diseño”. Además, deben de “respetar criterios uniformes de tratamiento de fachada, en cuanto al color” y se prohíbe expresamente la utilización de “pinturas o barnices que modifiquen el aspecto externo actual”.

Este elevado grado de protección (Integral Singular, según consta en el catálogo) responde a la relevancia histórico-artística del inmueble que fue diseñado por Ignacio Álvarez Castelao y edificado en 1958. “El Serrucho” está considerado como uno de los edificios más innovadores de su época, y está incluido en el registro Docomomo Ibérico.

Durante las últimas semanas los administradores del edificio habían ido recopilando información para comprobar si la intervención contaba con los permisos pertinentes y si incumplía las condiciones estéticas pertinentes. El Ayuntamiento les ha dado la razón.

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