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Dulce explosión solidaria: las bombas de una confitería ovetense que alimentan a refugiados

El negocio vende cientos de unidades del pastel con nombre bélico para ayudar a la ONG de José Andrés en Ucrania: “La gente se está volcando”

Mari Carmen Gayo en Camilo de Blas con una bomba solidaria E. G. D.

Bombas por la paz. Con esta analogía se vuelca la confitería Camilo de Blas en la recaudación de fondos para Ucrania. Los legendarios bollos rellenos de nata se han convertido en un símbolo antibelicista para la gran multitud de usuarios que acuden a colaborar con la causa. “El precio, dos euros, no es arbitrario. Es el coste de una comida caliente para los ucranianos refugiados”, explica Paloma de Blas. La empresa colabora con World Central Kitchen (WCK), la ONG del chef José Andrés, que en estos momentos se encuentra mitigando el frío y el hambre de quienes aguardan interminables colas en las zonas fronterizas.

El cocinero y premio “Princesa de Asturias” de la Concordia 2021, hizo un llamamiento a todo el gremio para que se uniera a la causa. “Nosotros también somos chefs. Pasteleros, pero chefs”, afirma De Blas sobre uno de los motivos que llevó a la compañía a sumarse a esta iniciativa que lleva activa desde el día 3 de marzo. “La gente se está volcando”, asegura la trabajadora Mari Carmen Gayo. Y añade: “Casi todos los días se agota esta remesa de dulces”. Ayer a mediodía solo quedaban dos sobre la bandeja plateada.

Por el momento se han vendido 1.093 bombas, lo cual se traduce en ese mismo número en guisos calientes y una donación de 2.186€ euros. El éxito ha sido posible, en parte, gracias a algunos negocios hosteleros como el restaurante ovetense “Al Baile La Temprana”, que ha cambiado algunos productos de su tradicional “brunch” por bombas; o el Instituto de Educación Secundaria de Infiesto. El profesor de gestión administrativa de este centro docente, Nacho García, acudió a la confitería con intención de comprar unos dulces a sus padres y se topó con esta oferta altruista. “En ese momento pensé que teníamos que aportar algo al proyecto”, cuenta el maestro de secundaria.

Isabel Ortea y Nacho García en el Instituto de Infiesto LNE

El instituto ya había colaborado con la fundación WCK tras la tragedia del volcán de La Palma y esta vez decidieron volcarse en una compra multitudinaria de bombas solidarias. Habló con la profesora de inglés, Isabel Ortega, que no dudo en sumarse; juntos prepararon un cartel para informar sobre la recaudación a padres, alumnos y personal educativo. Entre el anuncio, las redes sociales y el boca a boca la propuesta resultó un éxito. El primer fin de semana ya contaban con más de 60 encargos. En total, reservaron 85 bandejas de cinco dulces cada una: 425 bollos contra la invasión rusa.

“No solicitamos más cantidad porque en Camilo de Blas no daban abasto”, reconoce García. Algo que confirma Paloma de Blas: “Está siendo mucho trabajo y gran inversión de materia prima. Aunque lo hacemos encantados”. Sin embargo, no se puede paralizar el obrador: “Este tipo de campañas tienen que ser puntuales para poder dedicarles todo nuestro esfuerzo”. También supone un coste más alto para los compradores, que hacen un esfuerzo económico por una buena causa. “Estamos todos a una”, aseguran desde la repostería.

La misión continuará durante el tiempo que “sea sostenible”, según informan desde la empresa. Por ahora, no parece ver el fin debido a la cantidad de adeptos que tienen estas bombas, que están generando en el corazón de Asturias una explosión de solidaridad por la paz en Ucrania.

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