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Los fieles de Teatinos piden recuperar la capilla de La Cadellada de Oviedo: “Es parte de nuestro hogar”

“Seguiremos tocando puertas”, dice el párroco durante un acto reivindicativo para el que Gispasa no les permitió acceder a la capilla

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Los fieles de Teatinos piden recuperar la capilla de La Cadellada de Oviedo: “Es parte de nuestro hogar”

Una gran procesión reivindicativa pidió al mediodía de este domingo en Teatinos recuperar la capilla de La Cadellada para el culto. El pasacalle organizado por la parroquia de Nuestra Señora de Covadonga congregó a 250 personas convencidas de que el templo desacralizado del antiguo psiquiátrico convertido en el actual HUCA donde tuvieron lugar las primeras celebraciones de su comunidad religiosa creada en 1972 debe volver a ser escenario de bodas, bautizos y eucaristías. “Es parte de nuestro hogar”, proclamó Julián Montaña, Mayordomo Primero de la recién creada Hermandad de la Sagrada Resurrección.

La agrupación musical San Salvador de la Hermandad de los Estudiantes de Oviedo fue la encargada de encabezar un cortejo promovido como acto conmemorativo de los 50 primeros años de la parroquia, pero que al mismo tiempo fue aprovechado por los fieles para hacer un llamamiento a la administración regional con el fin de recuperar la capilla, rehabilitada el año pasado con una inversión del Principado de 157.000 euros, para actos religiosos.

El párroco de Teatinos, José Ramón Castañón “Pochi”, solicitó a Gispasa, el ente público encargado de gestionar las infraestructuras sanitarias del HUCA, la posibilidad de poder utilizar la capilla para finalizar un concierto de marchas protagonizado por la agrupación musical. Sin embargo, la respuesta fue negativa. “Nos dicen que el interior no está habitable y, por tanto, nos quedamos con las ganas”, apuntó el responsable de una parroquia cuya alternativa fue la de promover un fin de concierto a los pies de la capilla. “Seguiremos tocando puertas y tratando de hallar un punto de encuentro”, prometió “Pochi” a los fieles.

La Agrupación “San Salvador” interpretó “La muerte no es el final” como tributo a los fallecidos por el coronavirus

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También tomó la palabra Julián Montaña para rememorar la importancia de la capilla para Teatinos. El Mayordomo Primero recordó que las misas del barrio tenían la capilla del psiquiátrico como sede hasta la inauguración del actual salón parroquial en 1979 por el entonces arzobispo, Gabino Díaz Merchán, cuando el recordado Juan Antonio Rabanal ejercía de párroco.

Montaña defendió la aspiración de la nueva Hermandad de convertir la capilla en el lugar de descanso de la imagen del Resucitado y sugirió convertir el pequeño templo en “un signo de esperanza, espacio de recogimiento o remanso de tranquilidad” para los fieles. “La necesitamos para continuar con nuestra labor evangelizadora”, apuntó en relación a un edificio que está todavía pendiente de mejoras en su interior y la asociación vecinal “Paulino Vicente” del barrio demanda por su cuenta para fines como un centro social o una sala de exposiciones.

El inmueble fue desacralizado en 2005 y hasta que se acometió su rehabilitación a finales de 2020 permanecía en el más absoluto abandono, con graves daños en su estructura y con el riesgo de que su afamado mural de la última cena, obra de Paulino Vicente de 1961, que tuvo como modelo para pintar los apóstoles al personal y los pacientes del psiquiátrico, sufriera daños irreparables.

Desde la consejería de Cultura existe un compromiso con el colectivo de vecinos, principal impulsor de la recuperación del edificio, para habilitar una partida presupuestaria que permita rehabilitar el mural de Paulino Vicente y hacerlo visitable. Planes que sin embargo no frenan la intención de la parroquia de reconquistar un espacio que, a su juicio, les pertenece por ser el lugar en el que el primer párroco, José Ramón Vázquez, y el capellán de La Cadellada, Ignacio Nosti, oficiaron las primeras misas de la parroquia creada hace medio siglo en honor a Nuestra Señora de Covadonga.

Durante su actuación, la Agrupación Musical San Salvador aprovechó para rendir homenaje a todas las personas fallecidas durante la pandemia. El director, Tino Rodríguez, tomó la palabra para anunciar que los integrantes del colectivo interpretarían la marca “La muerte no es el final” aprovechando la proximidad del acto al monumento inaugurado dentro del complejo sanitario en memoria de los fallecidos por el covid.

Seguidamente, la banda interpretó varias marchas para deleite de un público entusiasmado por ver como el entorno de La Cadellada volvía a respirar ambiente de fiesta religiosa. “Venimos aquí porque queremos contribuir a la causa”, declaró Julia Estévanez, quien aprovechó su desplazamiento a Oviedo este fin de semana para acompañar a un grupo de amigos volcados con las aspiraciones de la parroquia de reconquistar el que fuera su sede para las misas en los años 70 del siglo pasado.

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