“Damos gracias a Dios por permitirnos disfrutar el pasado Día del Padre junto a él con gran emoción. Y por el aviso que nos dio la enfermedad y que nos permitió vivir un último año maravilloso con nuestro padre”. Con la voz entrecortada y ante una basílica de San Juan abarrotada, Antonio Cosmen brindó un último adiós a su padre, el empresario Manuel Cosmen Adelaida, fallecido a última hora del pasado lunes a los 84 años. El menor de los tres hijos del que fuera uno de los artífices del crecimiento de Alsa –junto su hermano José– antes de iniciar sus propios negocios hoteleros y de transporte, subió al púlpito junto a su hermano mayor, Manuel, para cerrar la celebración religiosa. A la salida, una ovación espontánea arropó al féretro.
Media hora antes de la primera despedida religiosa –hoy está previsto otro funeral en Lieres (Siero) a las 17.00 horas y el viernes, en Cangas del Narcea a las 17.30– una gran multitud se concentraba ya a la entrada del templo.
“He perdido un amigo”, dijo, afectado, el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, que ocupó un banco delantero junto a su esposa, Marta Suárez, al frente de una nutrida representación municipal. Hubo muchos rostros reconocibles; del mundo de la empresa, como los constructores Miguel Ángel del Fueyo y Celestino González, el peluquero Ramiro Fernández o el presidente de Alsa en Asturias, Jacobo Cosmen, sobrino además del fallecido; de la Universidad, como el catedrático de Economía Joaquín Lorences; de la política, como el expresidente del PP Isidro Fernández Rozada; de la cultura, como el artista Manolo Linares o el presidente de la Ópera de Oviedo, Juan Rodríguez-Ovejero; de la judicatura, como Ignacio Vidau, o de la banca, como Pablo Junceda. Allí estaba, además, María Victoria Menéndez-Castañedo, viuda de José Cosmen Adelaida, hermano del fallecido y con quien emprendió sus primeros negocios.
Ofició la misa Basilio Cosmen, padre dominico afincado en Burgos y hermano del empresario, que hoy habría cumplido 85 años. En la homilía rescató la pasión de su padre por el más pequeño de sus hermanos. “Papá siempre decía que no podía reñirle porque siempre estaba dispuesto a trabajar en la gasolinera y la tienda familiar y ponía mucho interés”, relató el sacerdote, acompañado por otros nueve religiosos.
Los hijos se mostraron muy agradecido por el respaldo recibido estos días. “Nos habéis ayudado a llevarlo mejor”, indicó el primogénito, Manuel, en representación también de su madre, Amalia Alonso, y sus dos hermanos, Gemma y Antonio. Reconocieron también la labor de los médicos que trataron a Manolo Cosmen, en el Centro Médico y en el HUCA y de la clínica de Luis Fernández-Vega.
