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Juan Carlos Rodríguez-Ovejero y Celestino Varela Presidente y director artístico de la Fundación Ópera de Oviedo

“Mantener una ópera 75 años en el norte de España es un milagro”

“La ayuda económica del Ayuntamiento es un espaldarazo, pero la medalla de oro supone un reconocimiento a toda nuestra historia”

Celestino Varela (a la izquierda) y Juan Carlos Rodríguez-Ovejero, en la sede de la Ópera de Oviedo. | Irma Collín

Juan Carlos Rodríguez-Ovejero y Celestino Varela son, respectivamente, el presidente y el director general y artístico de la Fundación Ópera de Oviedo. En pleno proceso de preparación del próximo ciclo, en lo que será la 75.ª temporada de la entidad, y tras anunciar el Ayuntamiento de Oviedo la concesión de una ayuda extraordinaria de 300.000 euros a la Fundación, Rodríguez-Ovejero y Varela se reúnen con LA NUEVA ESPAÑA para hablar de la situación actual de la Fundación y de sus perspectivas de futuro.

–Empezamos por lo más reciente: la ayuda extraordinaria de 300.000 euros que les ha concedido el Ayuntamiento.

–Juan Carlos Rodríguez-Ovejero (J. C. R-O.): Es un espaldarazo por parte del Ayuntamiento a las necesidades que como consecuencia de la pandemia tuvimos en esos dos años, con una reducción de ingresos extraordinaria y un gran incremento de costes a causa del covid. Todos los teatros en España han tenido más o menos ayudas de esas características por parte de diversas entidades. Yo creo que es un gesto por parte del Ayuntamiento el hecho de que sabiendo nuestra necesidad nos apoye. Es un porcentaje de nuestro presupuesto que es muy importante para nosotros, y el gesto es extraordinario.

–No viene solo: el Ayuntamiento también les concede la medalla de oro de Oviedo. ¿Qué supone para ustedes?

–J. C. R-O.: Eso es otra historia. Así como la ayuda es producto de los dos últimos años y del esfuerzo que hicimos, la medalla de oro, más que considerar que nosotros, los actuales gestores y trabajadores de la Ópera, somos los receptores, creo que es un reconocimiento a los 75 años en los que diferentes personas, entidades, colectivos han hecho posible un milagro, como es mantener una ópera en el norte de España, en la ciudad de Oviedo. Creo que eso es un hecho insólito. Y es algo, hay que decirlo, que podría haberse visto truncado, ese hecho insólito, si no hubiésemos tomado la decisión de seguir adelante con la temporada en estos dos últimos años. Por eso, nosotros tomamos una decisión teniendo en cuenta la responsabilidad que teníamos nosotros como gestores puntuales, frente a la historia de la temporada. Y creo que el mundo está encantado con el esfuerzo que se ha hecho. Porque pensemos además en los cantantes, en los escenógrafos, equipos técnicos... toda la gente que trabaja día a día en la ópera y que si no hubiéramos hecho esto, no habría podido trabajar. Y volviendo a la medalla de oro, queremos transmitir nuestro agradecimiento al alcalde y a toda la Corporación, porque es una decisión unánime, y eso nos encantó.

–Con todas las dificultades que ha atravesado la fundación, ¿siguen pensando que las decisiones que tomaron en la temporada 20-21 fueron las más acertadas?

–Celestino Varela (C. V.): Yo creo que sí. Creo que ha pasado muy poco tiempo para que tengamos perspectivas de lo que hicimos pero obviamente si algo podía haber hecho esta casa para llegar a los 75 años de celebración era invertir en eso: en el esfuerzo, en el trabajo y en creer en lo importante que es la cultura para esta sociedad y al mismo tiempo el trabajo para las personas que trabajan aquí. Es cierto que ha tenido unas repercusiones económicas para esta casa, pero es un esfuerzo que marcará la historia de esta casa en un futuro y que creo que es muy importante. ¿Eso ha condicionado el presente y condiciona quizá el futuro, a muy corto plazo? Pero muy poca gente puede decir, y menos con nuestros medios, que hayan completado la temporada. Quizá el Liceo de Barcelona o el Teatro Real, pero hablamos de entidades que cuentan con todo el apoyo de las administraciones más importantes del Estado.

–J. C. R-O.: En ese escenario, yo creo que nadie, ninguna de las empresas que fue a una reducción temporal de actividad y empleo, lo hizo por propia voluntad. El deseo máximo de todos era continuar con la producción y la actividad. Una parada en una actividad con un retorno posterior es muy complicado, de hecho mucho más complicado, yo creo, que mantener la actividad. Otros optaron por parar, nosotros decidimos seguir adelante y creo que todo salió bien.

–Hablan del Liceo y el Teatro Real, pero realmente ellos tampoco lograron completar toda su programación, como sí hicieron ustedes.

–C. V.: Cancelaron cosas, pero quien realmente llegó a cerrar del todo fue Bilbao, teniendo, hay que decirlo, unas posibilidades mucho más grandes que nosotros. Quizá Bilbao jugó un poco a cerrar, ahorrar dinero y al no tener que devolver la subvención, pudieron enjuagar su situación gracias a cerrar y hacer prácticamente cinco funciones de un Rossini muy reducido, a una hora de música. Y hablamos de que una entidad prácticamente nos triplica el presupuesto. Nosotros estamos muy orgullosos de haber podido funcionar.

–Tenemos a la Ópera de La Coruña, creciendo con un apoyo decidido de las administraciones, en Santander quieren retomar la lírica... ¿Preocupa ver cómo a los potenciales competidores en la carrera por ser la gran ópera del Noroeste se les “vitamina” mientras aquí las administraciones, más allá del Ayuntamiento de Oviedo, no dan tanto apoyo?

–C. V.: Que a los vecinos les vaya bien es una cosa que nos alegra, pero tampoco veo una carrera como tal, porque humildemente creo que están a años luz de lo que ha conseguido esta casa. Me encantaría tener colaboraciones con todos ellos siendo nosotros un poco el tractor y alquilarles producciones. Si un teatro como el San Carlos de Lisboa, con toda la tradición que tiene, cuenta con producciones nuestras, y una ópera como Tenerife nos alquila ahora “Fuenteovejuna”, creo que La Coruña y Santander están bastante lejos. En el caso de La Coruña, escenificado no hace nada desde hace bastantes años, yo canté allí una de las últimas escenificadas en el año 2000. Ellos gastan todo el dinero que tienen en grandísimas voces, que es una guerra que a nosotros no nos interesa, pero luego todo es versión concierto o “semi stage”. Creo que cuando se pongan a producir y a contratar a todas las personas que lleva una producción normal, ya no podrán contratar a esos cantantes, tendrán que bajar a la arena.

–J. C. R-O.: Queremos ser la gran ópera del Noroeste, pero también colaborar con las entidades a medida que están creciendo. Creo que ha fórmulas de colaboración que pueden ser beneficiosas para todos, y la experiencia de esta casa tiene que servir para ayudar a estas óperas, y ser también un estímulo para ellas. Nosotros además queremos trabajar la zona de Santander y de Galicia, también de León y Salamanca, para atraer público a nuestra temporada.

–Estos 300.000 euros adicionales que aporta el Ayuntamiento, ¿permiten restablecer ya el equilibrio financiero de la entidad?

–J. C. R-O.: Ayuda, estamos en ello, buscando también otros apoyos. Tenemos también que buscar fórmulas creativas de incrementar nuestros ingresos. Pero es una gran ayuda. Y hay que decir que la temporada que tenemos es de lujo, nos hemos lanzado incluso a un estreno mundial.

–C. V.: Tenemos que ser cabales y seguir siendo austeros. Apostando por artistas jóvenes y rentabilizando las producciones propias que luego se puedan alquilar, como “La Bohème”, que estos días se rentabilizaba en Lisboa y que irá el año que viene a Pamplona, o como “Fuenteovejuna”, que este año va a Tenerife.

–¿Cuánto ingresan por esos alquileres?

–C. V.: Depende de las funciones, de cuánto esté en cartel... pero se puede sacar una media de 9.000 euros por cada función fuera. En Lisboa, en el San Carlos, han hecho cuatro funciones de “La Bohème”, y una más benéfica, por la guerra en Ucrania, en la que hemos renunciado a los derechos. Pero está por ahí, en torno a los 35.000 o 40.000 euros por título.

–¿Cómo están en número de abonados?

–C. V.: En torno a los 2.500, pero está subiendo. El año pasado hubo bastantes altas, la gente recogió el mensaje de que había que estar del lado de la ópera. La campaña de abonados de este año va a ir sobre esa idea, dando protagonismo a la gente que trabaja con la ópera. Ellos son la razón de que esto exista, la gente de carne y hueso que entra al teatro y ayuda. Queremos ponerlo en valor.

–J. C. R-O.: Los nuevos socios nos han permitido compensar en estos años las bajas de abonados por motivos obvios relacionados con la edad, y ahora estamos creciendo. Entre los mecenas, en estos años pasamos de 40 a 73, y en torno a 35 “juniors”, que son el futuro.

–2.500 abonados, pero en torno a un tercio proceden de fuera de Oviedo, algo que no siempre se pone en valor.

–J. C. R-O.: Tenemos un porcentaje muy alto, creo que está en torno al 15%, de abonados de Gijón y su entorno, y hay alrededor de un 10% de socios nacionales, que vienen de fuera de Asturias. Esto último es algo sobre lo que queremos volver, retomar las campañas para que venga más gente de fuera, que ahora con el AVE creemos que será más fácil.

–C. V.: Tenemos que echar el resto ahí. Este año nos gustaría ir a presentar la temporada a Madrid, nos hizo el ofrecimiento en su día la Fundación Masaveu, que también es uno de los más importantes patronos de esta casa, y siempre que tengamos disponibilidad iremos. La gente que viene a ver la ópera de Oviedo al día siguiente te está comiendo en Gijón, y por la tarde en Galiana. El centro de Asturias es una ciudad grande.

–¿Han pensado en hacer paquetes turísticos, integrando la ópera en una oferta global que incluya también alojamiento, servicios de hostelería...?

–C. V.: Eso se materializaría realmente más adelante. Ahora lo que tenemos todos los años son convenios con hoteles que ofrecen descuentos muy buenos para la gente que viene a la ópera. Y estamos mirando opciones para poder hacer algo con los hosteleros para las funciones entre semana, es algo que me gustaría hacer. Yo lo vi en Madrid, que hacían “dos por uno”, y es algo que me gustaría poder hacer aquí y que creo que es muy atractivo para el público y también para el hostelero y para nosotros.

–Función première, ¿desaparece?

–C. V.: Sí, volvemos a las 23 funciones. Si se vuelve a una situación como la anterior, que esperemos que no, lo revisaremos todo de inmediato. Pero de momento entendemos que el teatro va a estar al 100% de aforo, aunque se mantenga la mascarilla en interiores. Pero esperemos no tener un retroceso tal que tengamos que volver a eso.

– Viernes de la Ópera, ¿siguen con el plan de, a medio plazo, extenderlo a todos los títulos?

–C. V.: Sí. Nos falta un “pasín” muy pequeño pero aún no lo podemos dar. Esta próxima temporada tenemos ya doble cast en cuatro de los cinco títulos, porque en “La dama del alba” al ser un estreno mundial no te la puedes jugar y tienes que tener a dos por puesto, como se dice en el fútbol. Con lo cual dos funciones de “La dama del alba” se verán con un cast y las otras dos con el otro. Pero como decíamos, poder añadir a la temporada esa quinta función de los Viernes de la Ópera en los dos títulos que nos faltan sería nuestro principal sueño. Y creo que si el INAEM (Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música) alguna vez se entera de que hay unos galos irreductibles aquí arriba en el Norte y se estiran un poco más, sería lo siguiente a acometer. Porque eso va en la línea de lo que dice Juan Carlos: el Viernes de la Ópera sirve sobre todo para atraer nuevos públicos y público joven. “La Bohème” de esta última temporada de Viernes de la Ópera, sin ir más lejos, fue extraordinario, con el teatro lleno. Fue una fiesta, muy emotiva.

–Hablan del INAEM, que justo ahora acaba de cambiar director, con la renuncia por sorpresa de Amaya de Miguel y la entrada de Joan Francesc Marco. ¿Esperan tener más suerte con la nueva dirección?

–J. C. R-O.: Suerte, simplemente. La exdirectora es encantadora, y había venido por primera vez a algunos teatros en los que no tienen ellos participación. Queríamos que se integraran en el patronato nuestro, pero eso no se produjo.

–Porque precisamente destinan sus mayores ayudas a las entidades en las que tienen participación.

–J. C. R-O.: Eso creo, y es humano, porque al final lo tienes más cerca y ves cómo trabajan.

–C. V.: Aparte, que el INAEM estuviera en el patronato tendría otra ventaja para nosotros, que es que la transferencia es directa, no una subvención nominativa como tenemos ahora, que tiene el inconveniente de que si tienes un hipotético beneficio, tienes que reintegrar la subvención, te piden que se la devuelvas, como ya pasó en esta casa en otro tiempo. Por eso siempre es complejo lo de los beneficios, porque te lo piden.

–¿Tienen en mente una reunión con el nuevo director?

–J. C. R-O.: En esta casa, ya se sabe, somos muy peleones. Nada más que nos enteramos del cambio, pregunté aquí: “¿Mandaremos ya una nota para pedirle una cita?”. Y me dijeron: “Hombre, espera un poco, a que llegue al puesto”. (risas) ¡Tuvieron que frenarme! Creo que en poco tiempo seguro que nos van a recibir, con la ayuda también del Principado y del presidente Adrián Barbón. Esperamos que la sensibilidad del INAEM y del Ministerio de Cultura hacia la España de las autonomías fuera de Madrid y Barcelona se levante un poco. No podemos quedar olvidados.

–Máxime teniendo en cuenta su apuesta por el talento nacional, algo que no se estila mucho, ¿no?

–C. V.: La última temporada tuvimos cantantes asturianos en todos los títulos y un 85% de cantantes españoles, y esta próxima estará en torno al 80%. En teatros de Italia, Francia y Alemania, es impensable que determinados roles los venga a hacer alguien de fuera, y aquí no. Hace poco hubo un “Ballo in maschera” en Mallorca que creo que solo había un español, y otro en Pamplona con dos o tres en un reparto de ocho. Por mucho conservatorio que tengamos, lo que necesita el cantante es subirse al escenario.

–Ustedes rizan el rizo con “La dama del alba”, con un reparto mayoritariamente asturiano.

–C. V.: No solo los cantantes: el director orquesta, el director de escena, la figurinista, el compositor y, obviamente, el autor de la obra original son asturianos. Queremos que sea un homenaje a la tradición cultural asturiana. Y esperamos que sea un punto para reflexionar y para que los asturianos nos queramos un poco más y veamos que aquí también sabemos hacer cosas.

–Están reforzando además las alianzas con otras entidades: con la Sociedad Filarmónica de Oviedo, pero también con la de Gijón, ¿no?

–J. C. R-O.: Estamos trabajando para colaborar con las dos, sí. Creemos que la unión hace la fuerza y si nos apoyamos unos en otros conseguiremos que se mantengan las actividades y que se potencien. Con Oviedo estamos ya en ello, y con Gijón lo hablamos con la alcaldesa y nos puso en contacto con ellos. También en Avilés, aunque tiene una situación muy delicada. Y luego tenemos exposiciones concretadas con el Arqueológico a partir de “Norma” y el Bellas Artes, con “La dama del alba”. Y también volveremos a la Noche Blanca de Avilés.

–¿Plantean llevar alguna ópera a otra ciudad asturiana?

–C. V.: Igual de algún formato más reducido. Estamos con ello pero queremos hacer las cosas bien y que nuestro principal aliado, que es el Ayuntamiento de Oviedo, nos apoye. Pero nos encantaría, con un formato más pequeño como puede ser una ópera de cámara.

–El proceso judicial por los coristas, ¿en qué punto se encuentra?

–J. C. R-O.: Estamos en la fase de ejecución de la sentencia, que es firme. En colaboración con la administración estamos en el proceso de ejecución. Y la relación con la Administración es increíble, entienden nuestra situación. Han entendido lo que somos y esta circunstancia.

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