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El combustible enciende Prado de la Vega, los vecinos dicen "no" a la gasolinera

El proyecto para instalar surtidores junto a la Plaza de la Enseñanza preocupa a los residentes: "Hay muchos niños, preferimos zonas verdes".

De izquierda a derecha, Amalia Duran, Ángel del Río, Andrea Fernández, Javier Marcos, José Luis Suárez, Clara Flórez y Sonia Aller. Delante, las pequeñas Candela del Río, Jimena Fernández y Juncal Fernández. FERNANDO RODRIGUEZ

La plaza de la Enseñanza, en Prado de la Vega, reúne varias parcelas a la espera de construcción. Algunos proyectos se conocen a ciencia cierta; otros circulan por el barrio como rumores sin confirmación. Así ocurre con la gasolinera que desde el verano ronda los pensamientos de los residentes del barrio como un mal augurio. “Los operarios que hacían la prospección de la zona le contaron a un viandante que la intención era colocar varios surtidores. El Ayuntamiento no lo confirmó, pero expuso que en caso de recibir la propuesta podría valorarse, ya que es un proyecto viable”, explican desde la asociación vecinal Distrito 3. Además tal como aseguraron ayer desde el grupo municipal de Vox, el Consistorio cambió el epígrafe de la parcela a “uso comercial” y está adjudicada a una empresa gallega cuyo fin es el desarrollo de unidades de suministro de combustible “low cost”.

Hace unos meses la asociación llevó a cabo una encuesta, y el noventa por ciento de los participantes mostraron su rechazo: “La respuesta es no a la gasolinera”. El terreno destinado a la mencionada instalación se ha llenado de pintadas en contra y algunos vecinos han comenzado una campaña de visibilización mediante carteles. También se ha puesto en marcha una recogida de firma que ya cuenta con un centenar de participantes en los dos días que la iniciativa lleva activa. “Tenemos cinco gasolineras en un radio de un kilómetro”, se quejan los vecinos, pues los residentes aseguran que casi nadie ve como una ventaja repostar “exactamente a las puertas de su casa”.

El segundo motivo de descontento gira en torno a las necesidades que presenta esta zona colindante con La Corredoria y en plena expansión. “Cada vez hay más familias y contamos con multitud de niños. Preferimos zonas verdes donde puedan jugar tranquilos”, denunciaron. A lo que añadieron otras propuestas como la instalación de una biblioteca, máquinas de cardio para la tercera edad o un espacio con fines lúdicos para los adolescentes: “Cualquier proyecto es mejor que plantar aquí una estación con surtidores”. Además, preocupa el riesgo que supone

residir a escasos metros de un producto altamente inflamable como es el gasoil.

Algunos, como miembros de La Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del Instituto de Educación Secundaria (IES) La Corredoria expresan su descontento con respecto al retraso en las obras del instituto, necesarias debido al enorme aforo de estudiantes -que se ven obligados a estudiar en aulas modulares-, para dar prioridad a otras construcciones de esta tipología.

Desde la zona hacen un llamamiento para que no se lleve a cabo el proyecto de la gasolinera: “En caso de que las suposiciones no sean reales, al menos esto les hará pensárselo en otra ocasión”. Creen que es mala publicidad para un distrito que está en constante crecimiento: “Los potenciales propietarios de las nuevas viviendas se lo pensarán dos veces si tienen una gasolinera encajada en la plaza donde piensan vivir”.

A medida que ven más cercana la confirmación de la temida propuesta, mayor revuelo se está creando en el barrio: “Estamos organizando una convocatoria de protesta. Parece que el mensaje de preocupación está calando en los hogares y la gente quiere manifestar su desacuerdo”, explican desde la asociación vecinal. 

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