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Marta Jiménez Serrano Escritora, presenta hoy su novela “Los nombres propios”

"La mujeres deberíamos ser nuestras amigas, no nuestras juezas"

"Reivindico la vida de mujeres que cobraron un papel injusto por dedicarse al ámbito doméstico"

Marta Jimenez David Jimenez

Marta Jiménez Serrano (Madrid 1990) debutó con su primera novela, “Los nombres propios”, hace justo un año. Con su abuela en la memoria, construyó una emotiva historia sobre las mujeres con roles invisibles y la importancia de la identidad, que ya alcanza su cuarta edición. Hoy se presenta en la Salvaje de Oviedo a las 20.30 horas. 

-Viene a Oviedo a presentar su novela, “Los nombres propios”, que ya va por la cuarta edición. ¿Esperaba tan buena acogida?

-No la verdad. Estoy agradecida, satisfecha y aún un poco sorprendida. Hace justo un año que salió el libro y una nunca sabe por dónde va a ir, pero desde luego no esperaba tanto.

-Primer libro, ¿en qué momento decide lanzarse a la narrativa?

-Escribo desde pequeña y ya llevaba mucho tiempo con esta novela y otros proyectos. En la precrisis de los 30 llega un momento en el que te dices "hay que intentar publicar". Deja de valer escribir solo para ti, tus amigos o familiares y llega el momento de tomar decisiones laborales que van a condicionar el resto de tu vida, si quería ser escritora era el momento de intentarlo enserio.

- ¿De dónde parte la historia?

-Nace de la abuela, el personaje es un homenaje explícito a mi abuela materna. Cuando murió pensé en reivindicar las vidas de esas mujeres que parece que no hicieron nada, que se dedicaron al ámbito doméstico y que han tenido un papel injustamente tratado por la historia y la sociedad. Luego me senté a escribir y empezaron a salir otros tantos temas.

-Tiene un componente femenino fuerte…

-Fue algo involuntario. Mi intención no era tratar a mujeres fuertes. Pero al final cuento la vida de una niña y una adolescente que necesariamente tiene como referentes esas mujeres que la rodean, es el espejo donde se mira.

- ¿Han cambiado esos referentes?

-Uno de los problemas de la protagonista es que su abuela es un referente pero por otro lado se queda corto porque sus vidas se parecen poco. Ella no puede preguntarse "qué habría hecho mi abuela si hubiera sido becaria" o "cuándo su novio la dejó" porque solo tuvo un marido. Espero que cada vez haya más referentes y distintos. Cualquier vida que uno elija está bien pero es necesaria la variedad.

- ¿De qué manera influyeron a la hora de crear identidad?

-Creo que algo que sucede bastante, lo cuenta también la escritora María Sánchez, es que nos fijábamos más en nuestros padres y abuelos. Lo que hacían los varones era más interesante, querías ser médico como papá o carpintero como el abuelo. Nos fijábamos en los hombres y eso también es muy problemático porque hay cosas que no podemos aplicar en nuestra propia experiencia.

-Aborda también ese diálogo con una voz interior que en ocasiones es demasiado exigente …

-Creo que la novela es un alegato por la compasión, por hablarnos desde la empatía. Cogemos una inercia heredada de tratarnos de manera autoexigente, cuando es algo que podemos elegir. Es un ejercicio complicado porque no nos lo enseñan pero deberíamos ser nuestras amigas, no nuestras juezas.

-Vivimos un momento de muchos eventos y crisis, ¿eso influye?

-Es muy difícil, creo que se han levantado muchos tapones y estamos en un momento desordenado, pero bienvenido sea. Hay que aspirar a vivir en una sociedad donde el mayor número de personas posible pueda estar a gusto por lo que es. Ahora estamos revueltos pero quizá es necesario para ampliar esa horquilla.

- ¿En qué punto encuentra la literatura?

-Creo que las redes están bien porque podemos compartir muy rápido lo que escribimos pero también hay un efecto de saturación, un desorden y una cantidad difícil de asumir para el individuo. Yo sigo siendo tradicional, creo en la criba de los editores y en el trabajo editorial. Me gusta estar pendiente de las novedades pero me fijo en lo que se publica en papel porque necesitamos alguien que ayude a jerarquizar todo lo que sale. Aunque útil para los editores, alguien que busque nuevos talentos tiene mucho campo donde encontrarlos.

-Y a nivel personal, ¿cómo afronta el proceso de escritura?

-Ojalá tuviera un ritual. Intento levantarme pronto ahora que puedo, porque la novela la escribí mientras trabajaba y fue caótico. He asumido que es una profesión inconstante. Hay semana que escribo hasta en el metro porque tengo mucha inspiración acumulada y otras que no se da.

-Entiendo que ahora se dedica en exclusivo a escribir...

-Me he hecho autónoma porque con tantas horas en la oficina era imposible compatibilizar. Influyó que fuera bien el libro porque no podía seguir con la promo y los eventos con ese trabajo. Salieron talleres, charlas, eventos. Ahora soy dueña de los horarios.

-¿Nuevos proyectos en mente?

-Estoy terminando un libro de relatos que va sobre relaciones de pareja en Madrid. Si todo va bien saldrá el año que viene.

-¿Tiene ganas de venir a Asturias?

-Sí, he estado menos de lo que me gustaría. El último verano hice vacaciones cortas por ahí. Me encantó, comí fenomenal y me enamoré del paisaje. Tengo muchísimas ganas de volver y conocer más Oviedo. Es lo bueno de esta intensa promoción, es cansada pero da la oportunidad de conocer.

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