La iglesia de Santa María La Real de la Corte, sede canónica de la Real Cofradía del Silencio y Santa Cruz, acogió ayer el tradicional besapiés del Cristo Flagelado, una de las ceremonias anuales más importantes para la agrupación. La del Flagelado es una talla de madera, obra de Manuel García y datada en 1957; en 2015 fue restaurada por Jesús Puras.