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"Era un ángel, no doy crédito, era de las niñas más bueninas", dice un amigo de la familia de la niña asesinada en Oviedo

El padre y el hermano de la joven bajaron a buscar a la adolescente al ver que tardaba

"Era un ángel, no doy crédito, era de las niñas más bueninas", dice un amigo de la familia de la menor asesinada en Oviedo

"Era un ángel, no doy crédito, era de las niñas más bueninas", dice un amigo de la familia de la menor asesinada en Oviedo

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"Era un ángel, no doy crédito, era de las niñas más bueninas", dice un amigo de la familia de la menor asesinada en Oviedo A. D./ R. G./ L. B.

“Era como un ángel, no doy crédito, era de las niñas más bueninas”, dice Gonzalo Valverde, un amigo de la familia de Erika Y. A. y compañero de la organización religiosa de los padres de la menor fallecida tras ser apuñalada en el número 69 de la calle Vázquez de Mella, donde decenas de amigos y familiares fueron agolpándose para arropar con rezos y sollozos a la familia que se refugiaba en el cuarto piso, mientas se levantaba el cadáver tres plantas más abajo. Otro vecino, ecuatoriano como los padres de la chica nacida en Asturias hace 14 años, trataba de contener la emoción para elevar a los altares a una familia “buenísima, de las que siempre hacen favores a los demás sin pedir nada a cambio”.

Una familia del bloque de enfrente, asomada al balcón. LUISMA MURIAS

El hombre, que prefería no desvelar sus datos por respeto “a la intimidad” de sus amigos, se refería a la fallecida como “una pequeña preciosa, atenta y muy simpática” a la que ayer quiso rendir su particular tributo. “Allá donde estés espero que disfrutes lo que este malvado no te dejó disfrutar aquí”, cantó al aire a la vez que trataba de contactar con la familia por el telefonillo.

Raquel Fernández, en el tercer piso del bloque. PABLO SOLARES

Igual de afectados o más se mostraban los amigos de los hermanos, apostados en las inmediaciones del inmueble con las manos entrelazadas. “Era su niña, la querían con locura y deben de estar destrozados”, explicaba un compañero ataviado con la ropa del trabajo con cuya moto no dudó en acercarse para prestar respaldo a distancia a sus amigos. “Esta injusticia no hay ninguna condena que la repare”, exclamó el joven con la voz rota.

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