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Nelson Goerner | Pianista, actúa mañana, junto a Martha Argerich, en el Auditorio

“El interés por la música clásica tiene que arrancar desde que somos chicos”

“La química sobre el escenario se trabaja y se busca continuamente, aunque conseguirla es bastante inexplicable y a veces no se logra”

Nelson Goerner. | Marco Borggreve

Nelson Goerner ofrecerá junto a Martha Argerich un concierto extraordinario con motivo de los 30 años de las Jornadas de Piano Luis G. Iberni que organizan la Fundación Municipal de Cultura y que se celebran en el Auditorio de Oviedo. La cita será mañana, jueves, a partir de las 20.00 horas. El pianista argentino reflexiona en las siguientes líneas sobre su actuación y su relación con la música. Goerner ofreció su primer recital a los 11 años, y ha ganado varios premios internacionales. Ahora reside en Suiza.

–¿Cómo será su concierto en Oviedo?

–Es una actuación para dos pianos, con obras de Mozart, Debussy y Rajmáninov. Se trata de un tour que llevamos un tiempo haciendo, acabamos de tocar en París.

–¿Cómo han hecho la selección de las piezas?

–Son obras que hemos tocado con frecuencia, cada una de ellas es una obra emblemática del repertorio para dos pianos.

–Tocan a cuatro manos...

–Martha y yo siempre nos hemos llevado muy bien. Es una colaboración muy hermosa, sumamente satisfactoria. Ahonda en la amistad, en la cercanía y los dos tenemos una mirada sobre el arte afín.

–¿Necesitan ensayar más de lo habitual para lograr esa compenetración?

–Siempre que se aborda un repertorio de esta forma se requiere una fusión con el otro, eso es costoso. No es algo que surge de la inspiración del momento, es algo que se trabaja, que se nutre, se busca esa fusión y sonoridades, que haya armonía... cada uno tiene su personalidad que trasunta en la interpretación. Personalidad que puede aparecer, pero logramos una interpretación que es única, como la que tienen los cuartetos de cuerda, que aportan un sonido único.

–¿Y logran esa química?

–Se trabaja y se busca permanentemente. Conseguirla es bastante inexplicable, muchas veces se puede ensayar y no se logra. Otras con pocos ensayos se obtiene mucha compenetración. Constantemente nos lanzamos desafíos para hacer cosas inesperadas, es algo que se busca, queremos ver cómo va a reaccionar el otro.

–Antes decía que tienen una misma visión del arte. ¿Cuál es?

–Es una visión del arte y también de la vida, de que el arte es materia viva, que es espíritu.

–¿Cómo empieza usted a tocar el piano?

–Empecé como la mayoría de los pianistas, desde muy chico. Los estímulos fueron familiares porque mi hermana empezó a tocar, mi abuela tocaba también, pero nunca hubo un músico profesional en mi familia. Mi madre era muy musical también, tenía un gran oído.

–¿Cómo está ahora mismo el panorama de la música clásica?

–No es desalentador, pese a la pandemia. Se temía que la gente se acostumbrara a no ir a los conciertos o verlos en “streaming”, pero la música está hecha para ser escuchada en vivo, no hay nada que pueda reemplazar esa sensación. Vemos que las salas están nuevamente llenas.

–¿Y están logrando captar a los jóvenes?

–A veces sí, pero con resultados dispares. También soy maestro y veo que los chicos que van a los conciertos tienen gran interés de escuchar a los referentes. El público se va renovando, aunque en un porcentaje alto sigue siendo gente entrada en edad. El interés por la música clásica tiene que arrancar desde que somos chicos, desde la más tierna infancia.

–Tienen que competir con otros estilos de música más popular.

–Eso siempre ha sido así, siempre se le ha dado difusión a otro tipo de música. Toda música tiene su valor. Si partimos del hecho de que hay música que no me es afín, pero les toca la fibra a otras personas, eso es porque tiene un valor que hay que respetar. No se trata de juzgar o establecer jerarquías. La música clásica necesita más difusión, existe la concepción errónea de que es exclusiva o para una élite, pero es muy accesible.

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