El cielo cae sobre Oviedo. Después de una breve tregua, las lluvias han vuelto y lo han hecho con fuerza. En el centro de Asturias los termómetros han pasado de los 20 grados de ayer a los 12 de este mediodía. Pero lo peor llegaba a primera hora de la tarde. Un fuerte tormenta eléctrica cayó sobre la capital del Principado generando algunas inundaciones que principalmente afectaron a garajes y comercios. "Ahora nos toca limpiar", lamentan los perjudicados.
En la calle San Francisco, un enorme río volvió a tomar la calzada ante la insuficiente capacidad de las arquetas, provocando unos minutos de revuelo en los negocios y locales anexos. “Tenemos sistemas de protección desde la última vez, pero al pasar los coches nos entraron algunas olas y ahora estamos limpiando”, explica Francisco Gayoso, de la confitería Rialto, sobre unos problemas compartidos con la farmacia de enfrente.
El chaparrón también sorprendió a comercios y locales hosteleros del Fontán. “Sí, entró un poco de agua”, indica José Luis Álvarez Almeida, del restaurante Casa Amparo, donde los trabajadores tuvieron que remangarse en la recta final del turno de comidas para realizar una limpieza exprés.
Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Oviedo fue el segundo punto de España donde más había llovido hasta las 16.30 horas. Se registraron 13 litros de agua por metro cuadrado, solo superado por los 13,6 registrados en Finisterre (La Coruña).
La previsión es que las precipitaciones continúen por lo menos hasta el fin de semana. Asturias estrenará mes pasada por agua.
La experiencia de 2021, clave para detener el agua
“Por suerte, gracias a la experiencia, ya tenemos nuestros sistemas”. Francisco Gayoso volvió este martes a achicar agua en su confitería de la calle San Francisco, aunque en esta ocasión estaba más preparado que cuando en junio de 2021 una gran tromba dejó el negocio totalmente anegado. “Los negocios de la zona tenemos protecciones, aunque el agua sigue entrando cuando pasan los coches provocando oleaje”, relata el comerciante que, junto a la farmacia y una inmobiliaria de la calle esta vez sí lograron sortear los efectos de la lluvia. “Las alcantarillas son muy antiguas y la solución parece difícil”, indica.
