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La torre de la Catedral, icono perenne de Oviedo

Desde su erección, a mediados del siglo XVI, la esbelta flecha ha dominado el “skyline” de la ciudad

En su descripción de esa heroica Vetusta que dormía la siesta, en los primeros párrafos de “La Regenta”, Leopoldo Alas ”Clarín” no puede sino detenerse en la rotunda estructura que ya dominaba el “skyline” ovetense a finales del siglo XIX, cuando la novela fue escrita. “La torre de la catedral, poema romántico en piedra, delicado himno, de dulces líneas de belleza muda y perenne, era obra del siglo dieciséis, aunque antes comenzada, de estilo gótico, pero cabe decir, moderado por un instinto de prudencia y armonía que modificaba las vulgares exageraciones de esta arquitectura. La vista no se fatigaba contemplando horas y horas aquel índice de piedra que señalaba al cielo”, escribió “Clarín”.

El cuadro “Ruinas de Oviedo”, de Joaquín Vaquero Palacios (hacia 1942). | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

Pese a los 138 años transcurridos desde la primera publicación de esas líneas, la torre de la Catedral de Oviedo mantiene todo su magnetismo, y aunque sus 68 metros largos no marcan el techo de la capital (la aventajan en altura el pirulí de Telefónica en Llamaquique, con diez metros más, y el Calatrava, que supera los 75) sí que figura en lo más alto en la lista de iconos ovetenses. Y así ha sido desde su misma erección, a mediados del siglo XVI, y pese a que su esbelta silueta ha sufridos sucesivas lesiones, que construyen una iconografía particular, de una torre siempre cambiante, por tres veces desmochada y en otras tantas ocasiones reconstruida, pero que, en esencia, nunca ha dejado de ser ella misma.

Tarjeta postal de la casa Hauser y Menet, con una vista de la carretera nueva con la torre al fondo (finales del S. XIX-primer tercio del S. XX). | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

La torre, diseñada por Juan de Badajoz, fue concluida por Juan de Cerecedo, el viejo, en 1551, tras cuatro décadas de trabajos. No duró mucho en su diseño original: el 13 de diciembre de 1575, a las seis de la tarde, un rayo destruyó la aguja, provocando además un incendio en el campanario, que estaba justo debajo. Rodrigo Gil de Hontañón se encargó de la reconstrucción, añadiendo un cuerpo intermedio, de estilo renacentista, entre el campanario y la aguja, que servía a la vez de cortafuegos ante una eventual repetición del suceso, y permitía una integración más orgánica de la aguja octogonal con la planta cuadrada de la torre.

Protesta en la plaza de la Catedral, en 1997, durante el encierro de los trabajadores de Duro Felguera. | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

El inmueble volvió a ser desmochado en 1723, de nuevo por un rayo y de nuevo un 13 de diciembre, y otra vez durante la Guerra Civil, cuando se convirtió primero en el emblema de la destrucción bélica y posteriormente, cuando los andamios cercaron la torre, en el símbolo de la reconstrucción. De aquellos años son unas imágenes reveladas esta misma semana, cuando el equipo que está acometiendo las obras que permitirán potenciar las visitas culturales a la torre y convertir la flecha catedralicia en un faro para el turismo, localizó unas fotografías que, gracias a una investigación de Agustín Hevia Ballina, han permitido identificar la presencia de un cuerpo de tres campanas, destruido asimismo durante la guerra, que se conectaban al reloj de Ramón Durán. Es la última adición a esta riquísima iconografía de la torre de la Catedral, emblema perenne de la ciudad de Oviedo.

La torre de la Catedral, en imágenes

Una imagen reciente de la basílica. | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

Vista aérea de la Catedral en una fotografía tomada en 1962. | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

La imagen del cuerpo de campanas destruido en la Guerra Civil que acaba de ser identificada por Agustín Hevia. | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

Fotografía de Jean Laurent tomada entre 1860 y 1886. | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

La aguja, tras la rehabilitación dirigida por Luis Menéndez Pidal en la posguerra. | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

La torre, andamiada en la posguerra. | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

El andamio instalado en la actualidad para las obras encaminadas a potenciar las visitas culturales a la torre. | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

Andamios en la torre durante la rehabilitación de 1999-2000, dentro del plan director. | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

Grabado de Parcerisa para “Recuerdos y bellezas de España”, de 1855. | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

Fotografía de Charles Clifford tomada en 1854 desde San Juan y que pasa por ser la primera foto conservada de la construcción. | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

La torre, demoschada durante la Guerra Civil. | IPCE / Museo de Bellas Artes de Asturias / Archivo Municipal de Oviedo / Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya / Miki López / LNE / Catedral de Oviedo / Irma Collín

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