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Raquel Andueza Soprano, ofrece el recital “De locuras y tormentas” en el ciclo musical Primavera Barroca

“Necesitamos música para estimular la capacidad crítica y no acabar viviendo en una sociedad plana”

“El Barroco es muy accesible: los patrones armónicos de las canciones del siglo XVII son los mismos que encontramos en los temas de ‘Mecano’ ”

La soprano navarra Raquel Andueza. | Michal Novak

Diez años lleva Raquel Andueza (Pamplona, 1980) girando por los escenarios de todo el mundo con “La Galanía”, el grupo con el que comparte su pasión por la música antigua. La soprano navarra es una de las grandes voces de la música renacentista y barroca, ha colaborado con Ridley Scott en la banda sonora de “Exodus” y en las de series de época como “Isabel” o “Carlos”, de Televisión Española. Mañana, 4 de mayo, a las 20.00 horas y en el Auditorio Príncipe Felipe, debutará en el ciclo Primavera Barroca, organizado por la Fundación Municipal de Cultura, con un programa hecho a la medida de sus incondicionales, “De locuras y tormentos”, con música de Du Bailly, Cavalli, Monteverdi, Lully y obras de autores anónimos, y celebrando esta última década de éxitos y de superación.

–No es una desconocida para el público asturiano.

–A Oviedo no he ido mucho, canté hace varios años en el Auditorio Príncipe Felipe con la Orquesta Barroca de Sevilla; en Gijón he estado más veces, en el Festival de Música Antigua.

–¿Qué programa presentará mañana en Oviedo?

–Uno muy especial, el del décimo aniversario de “La Galanía”, nuestro grupo. Hace algún tiempo subí una publicación a nuestras redes sociales –tenemos unos 16.000 seguidores– preguntándoles cuáles eran los temas que más les gustaban de nuestro repertorio y al final conformamos el programa del aniversario con las peticiones de nuestros seguidores. Ha sido el publico el que ha hecho el programa, el que ha decidido lo que le gustaría escuchar, y es un programa precioso, con música del XVII, italiana y española, con mucha pasión, muchos amores y muy fácil de escuchar. La música del barroco es muy accesible, no hay que ser un gran conocedor para disfrutarla.

–Diez años dan para mucho.

–En el 99,9 por ciento de los conciertos somos los mismos intérpretes, somos fieles a la músicas y se genera un sonido muy característico. Después de tanto tiempo nos conocemos mucho y no nos hace falta ni hablar. Intentamos rescatar música antigua, buscamos en los archivos europeos, así que, además de los conciertos, compartimos un trabajo intenso de investigación. Es bonito encontrar una joya olvidada en un cajón. Hay mucha música perdida que merece ser rescatada.

–¿Qué es lo que hace tan cercana la música del barroco?

–La del XVII es una música muy directa, la llamaban la música de los afectos. La poesía, la retorica... son fundamentales. La música es la sierva de la palabra, lo que estás contando es lo más importante y las melodías y las armonías no son tan sumamente sotisficadas. Los patrones armónicos de las canciones del siglo XVII los podemos encontrar en la música contemporánea. Mi peluquera me comentaba que estaba enganchada al sonido de un bajo que se repite en una de nuestras canciones. ¡Claro! Es el mismo que encontramos en los temas de Mecano. Son patrones que prevalecen hasta el día de hoy, así que no son desconocidos para el oído de la gente del siglo XXI.

–¿Cómo aterrizó usted en la música antigua?

–Me cautivó desde los 3 años, de forma inconsciente. Yo digo que la música barroca me eligió. Hasta los 20 años, cuando paré y eché la vista atrás, no me di cuenta de esa singularidad. Era una niña un poco rara, pero creo que hay filias más raras aún...

–Creció en una familia que ama la música, sus padres, sus hermanos, pero hay muchos niños que no tienen esa suerte y que tampoco tendrán contacto con esa formación en la escuela.

–A veces la música se considera algo frívolo o un pasatiempo, pero es mucho más. Activa regiones del cerebro específicas, estimula el sueño y la memoria, mejora el estrés, mejora la coordinación entre el cerebro y el movimiento... No es sólo que te haga sentir mejor porque las vibraciones de la música te conecten con los sentimientos y te pongan más contento, es que la música activa la parte creativa del cerebro, y eso es muy importante porque estimula el sentido crítico, el que nos sirve para analizar otros aspectos de la vida, y evita que nos convirtamos en una sociedad plana. Es inevitable pensar que igual eso es lo que los dirigentes mundiales están buscando. Necesitamos la música para construir cerebros completos. Hay gente con un derrame cerebral que no puede hablar y sí puede cantar. La música no puede tomarse en broma, hay que tomársela muy en serio. En clase a los que estudiábamos música nos iba mejor en los estudios. La sensibilidad artística que potencia y que nos define como seres humanos no se puede infravalorar.

–Un episodio personal la llevó a comprometerse con el cuidado y la salud de la voz.

–Perdí la voz hace seis años por un pequeño accidente y tuve que deshacer y rehacer mi voz. Encontré la ayuda para hacerlo en un pueblecito pequeño de Italia, con dos profesoras que fueron mis ángeles, Lisa Paglin y Marianna Brilla. No podía ejercer mi profesión y mi pasión, a los dos minutos de hablar me fatigaba. Sin voz pierdes la capacidad de comunicarte, de expresarte y comunicarte con el mundo. Rehice mi voz y descubrí la grandeza de poder ayudar a muchísima gente. Hay muchos problemas de voz, contaminación, ruido... Se aplaude el grito, que se te hinchen las venas al cantar. Ahora hay unos episodios de problemas vocales que no había antes, y no solo cantantes. En la pandemia, a través de Zoom, empecé a dar talleres gratuitos dirigidos a gente con problemas por covid persistente: organicé uno, puse un tuit, pensaba que iba a tener cinco personas, empecé a tener una lista de espera, primero era de un día y luego se convirtió en seis meses. He dado formación en el Ayuntamiento de Vitoria, en Cataluña, en Jaén...

–Lo normal es respirar mal.

–Sí, lo hacemos de manera inconsciente y no nos paramos a pensar en ello. La respiración correcta hace que la sangre salga cargada de oxígeno para nutrir nuestras células, baja la tensión, disminuye el estrés, la ansiedad, la piel mejora, la circulación mejora... y no es una cuestión que solo afecte a los cantantes. Ahora hay mucha gente que respira por la boca, de manera superficial, hay mucha ansiedad, estamos metiendo mucho la tripa y no se hacen respiraciones completas. Hay mucha gente que cuando aprende a gestionar el aire y a respirar bien deja de tomar pastillas para la ansiedad.

–Ha acabado creando su propio centro.

–Sí, el Centro Integral de la Voz y la Respiración, en Navarra.

–¿No se anima con la música pop?

–Me gusta mucho. Se ha creado en Navarra la Navarra Music Commission, una oficina para ayudar a los músicos, y me invitaron a cantar en la presentación, he hecho algunas incursiones en el jazz... No, no lo descarto, algún programa con estándar de jazz quizás.

–¿Y ópera?

–Hay muchas óperas barrocas, y sí que canto algunos temas, pero hay algo que me hace disfrutar especialmente del recital, ese contacto directo con el público me gusta mucho. Me fascina la ópera, vestirme y convivir con otro personaje, pero hay algo en la conexión con el público que me parece mágico.

–¿Los circuitos musicales han recobrado el tono tras la pandemia?

–Está empezando a normalizarse todo, más en España que fuera. En el extranjero van poco a poco, y en mi caso mis compromisos eran más numerosos fuera que en el ámbito nacional, pero es que en otros países los teatros abrieron más tarde y aún no nos están llegando cosas para 2023 y 2024. La recuperación en el circuito internacional es a largo plazo; aquí ya hay bastantes citas.

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