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Los usuarios de centros de estudio piden que se relajen las restricciones de aforo

Estudiantes y opositores aplauden la ampliación de horarios, pero lamentan que los escasos sitios “vuelan”: “Hay colas para coger silla”

Estudiantes en el centro de estudio de Santullano, ayer. | Luisma Murias

Los centros de estudio de Oviedo abrieron ayer en horario continuo, una medida que se prolongará todo este mes y el próximo para facilitar la preparación de los exámenes. La ampliación de horarios fue acogida, literalmente, como agua de mayo por los usuarios de los centros de estudio, que agradecen este refuerzo en un momento clave del curso escolar y, en el caso de los opositores, en unos meses muy socorridos para poder avanzar en los siempre nutridos temarios. Pero los estudiantes encuentran aún una traba importante para acceder a las instalaciones: las restricciones de aforo encaminadas a frenar la expansión del covid, que aún imperan en estos equipamientos, especialmente en los de mayor tamaño, que tienen más de la mitad de las mesas bloqueadas para el uso.

En el centro de estudios de Santullano, ayer era poco menos que misión imposible hacerse con una silla. “Por la mañana hay una cola tremenda para entrar”, explica Pedro García Villanueva, que prepara oposiciones a la judicatura. Aunque es vecino de Siero, el joven se reúne en el centro ovetense para estudiar junto a amigos y compañeros de carrera, aprovechando también que en la capital hay centros más grandes, y con horarios más amplios, que en el cuarto concejo. Con todo, reconoce que en el día a día se le queda algo corta la jornada: “El horario continuo se agradece mucho, sobre todo porque abren antes, a partir de las 8.30, y también que podemos acudir los fines de semana”. El aforo, en todo caso, es un impedimento: de los más de 100 asientos que tiene el centro de estudios Santullano, solo están operativos 48, uno de ellos para estudiantes con dificultades de movilidad. “Hay que venir a primera hora porque los sitios vuelan, las restricciones son aún muy grandes y hay pocas mesas disponibles”, apunta.

Pedro García Villanueva, Matías Prieto y Sara Pérez, ayer, a las puertas del centro de estudio de Santullano.

“En otros sitios ya se están levantando las restricciones de aforo, pero aquí nada. En los centros de estudio más pequeños sí que han aflojado, en algunos tienen ya el aforo completo, pero en los más grandes, como este o La Florida, seguimos con muchas mesas bloqueadas”, señala Matías Prieto, que prepara el MIR.

En el caso de Prieto, como también en el de Sara Pérez, que prepara oposiciones para ser trabajadora social en instituciones penitenciarias, acudir al centro de estudios de Santullano no es su primera opción. Residentes en el barrio del Cristo, solían acudir a la sala integrada en el centro social El Cristo II, en la calle Burriana. “Lo cerraron con la pandemia y nunca volvió a abrir”, lamentan. Contaba, explican, con 48 sitios, justo los que tienen actualmente, con las restricciones sanitarias aún vigentes, el de Santullano. “Haría mucha falta que volviese a estar abierto”, sostiene Prieto.

Aunque cuentan con espacios más próximos a sus respectivas casas, por comodidad y amplitud prefieren atravesar toda la ciudad para acudir al centro de estudios de Santullano, donde tienen la tranquilidad necesaria. “Los otros o son muy pequeños y están saturados, o no son tan cómodos. Y luego te puedes encontrar casos como el del Vasco, que además de que se llena enseguida hay muchísimo ruido, por la calle que pasa por delante pero especialmente por la cercanía de la calle Gascona, que hay horas en las que hay mucho movimiento y se genera un ruido horrible”, relata Sara Pérez.

Otros estudiantes, en una pausa, ante el centro. | Luisma Murias

Más allá de estas necesidades, tanto Matías Prieto como Sara Pérez coinciden con Pedro García Villanueva en que la ampliación de horarios, justo en estos dos meses del año, es realmente balsámica. Durante mayo y junio, las instalaciones de Dolores Medio, La Florida, Vetusta, Santullano y La Ería abren de lunes a viernes, de 8.30 a 22.00 horas. Los centros de La Corredoria y Colloto abren de 9.00 a 22.00 horas, entre semana, y todos los centros abren además los sábados, de 10.00 a 21.00 horas. La sala de estudios de La Lila, por su parte, está abierta de lunes a viernes, de 9.00 a 21.00 horas.

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