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Los estudiantes de FP de Oviedo tienen la mitad de paro que los universitarios

Los estudios de Formación Profesional de la rama sanitaria son los más demandados pero los industriales disponen de más salida laboral

Varios estudiantes en clase de Educación Infantil. | Jaime Casanova

Las ovetenses Valentina Villamizar y Nazaret Iglesias acabaron hace ya casi un año un curso de Formación Profesional (FP) para la atención de personas en situación de dependencia y solo les costó unas pocas semanas encontrar el premio final: el empleo. “Hicimos las prácticas en colegios de Oviedo con niños con problemas para el aprendizaje y con autismo, fue algo que me gustó mucho”, asegura Villamizar. Aquello fueron unas prácticas; hoy, ambas trabajan en una asociación para personas dependientes a la vez que hacen otro módulo, de educación infantil, en el Centro Integrado de FP de Cerdeño. “Si tienes ganas es fácil encontrar un empleo”, apunta Iglesias. También está haciendo los dos cursos Miranda Gómez: “Las salidas son amplias”. Los datos les dan la razón.

Esther Herrero, en una de las clases de prácticas sanitarias. | Jaime Casanova

La Formación Profesional está convirtiéndose en sinónimo de empleo. No hay más que mirar hacia las cifras del paro. Los que han alcanzado este nivel de estudios son también los que tienen más facilidades para encontrar un trabajo. Estas afirmaciones las corroboran cifras concretas. La tasa de paro entre aquellos que tienen estudios de FP en la capital asturiana ronda el 7%; mientras que ese porcentaje se eleva considerablemente, hasta el 13,5% para los universitarios; y se alza aún más, hasta el 38%, para quienes ni siquiera han acabado la ESO.

Jorge Saucedo es el director del CIP de Cerdeño, que este curso acoge a unos 1.400 alumnos (más otros quinientos de los cursos de formación para el empleo). Curso a curso va viendo como el número de estudiantes engorda. Tanto que para el próximo ya esperan superar la barrera de los 1.500. “Más o menos desde la anterior crisis (desde la gran recesión de 2008) vamos registrando una subida progresiva”, apunta.

Varios estudiantes en clase de Educación Infantil. | Jaime Casanova

Pero el gusto de los estudiantes va por barrios. Los estudios que más tirón tienen en la capital asturiana son los relacionados con las ramas sanitarias que, aunque ofrecen una buena salida laboral, no la tienen tanta como aquellos ligados con la industria (especialmente la soldadura o la mecatrónica) y que, paradójicamente, no cuentan con tanta demanda. “Para los sanitarios sacamos plazas, pero siempre se quedan aspirantes fuera por la elevada demanda que hay; pero donde menos demanda detectamos es en las ramas industriales”, apunta Saucedo. “Hay un decalaje entre lo que necesita el sector productivo y lo que quiere estudiar la gente”, concluye.

Alicia Mediavilla es profesora de la familia de servicios socioculturales y Esther Herrero de la rama sanitaria. La segunda apunta que “para sanidad todos los años nos faltan plazas y es un alumnado muy competente, muy bueno, que en un alto porcentaje lo que quiere es hacer estudios universitarios. La mayoría son estudiantes que vienen de la ESO o Bachillerato o que han hecho la EBAU y no les ha dado la nota”. El grado de inserción laboral de los estudiantes anda rondando el 60%. “En los estudios de dependencia la empleabilidad es alta, muy alta”, agrega Medavilla.

Jorge Saucedo y Alicia Mediavilla, en un laboratorio de rayos X de Cerdeño. | Jaime Casanova

En uno de los laboratorios de farmacia comparten aula varios alumnos, entre ellos están Abdú Diop, Javier Díaz y Miguel Megido. Estudian un módulo para ser técnicos de farmacia y parafarmacia, uno de los que también dispone de una buena salida laboral, además de ser de los más demandados. “A mí esto es algo que siempre me gustó”, dice Díaz. Megido agrega: “Esto es algo que me gusta, y que tiene salida”. “Yo me veo trabajando en este sector, a ver si lo sacamos”, agrega Diop.

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