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El Milán, tres décadas de “un campus ejemplar” en Oviedo

El Rector pone en valor la historia y el diseño de la Facultad de Filosofía y Letras: “Es un ejemplo piloto de lo que podría ser el Cristo”

Por la izquierda, Rodrigo Álvarez, José Antonio Gómez, Felipe Fernández, Juan Carlos Aparicio, Ignacio Villaverde, Juan Sebastián López, José Ángel Hevia, Adolfo Menéndez, Luis Gutiérrez y Jesús Moreno FERNANDO RODRIGUEZ

El Milán cumple tres décadas como campus, pero el edificio ya acogió hace 120 años a religiosos y soldados antes de abrir sus puertas a los universitarios. Más de un siglo de historia escrita en sus paredes, conjugada por tres instituciones que “son la base de las ciudades”, tal como afirmó el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde: Iglesia, Ejército y Universidad. La última, casi siempre como heredera del patrimonio que ceden las otras dos. Estas organizaciones milenarias solo podían dejar paso a lo que en varias ocasiones el decano calificó como “un campus ejemplar”.

Para hacer honor a las vísperas de este trigésimo y a la vez centenario aniversario, ayer se inauguró una exposición en el actual edificio departamental en memoria de la extensa trayectoria del remozado edificio: “El campus del Milán: 120 años de formación en cinco filas”. Según el decano de Filosofía y Letras, José Antonio Gómez, “se trata de pinturas, libros, documentos, impresos, fotografías, dibujos, planos y otros objetos; proponemos una reflexión acerca de lo que ahora somos”. En la presentación, en el salón de actos de la biblioteca de Humanidades, se reunieron personalidades relevantes de la historia del campus, pasadas y presentes. Como el ahora vicerrector del Seminario Metropolitano, Jesús Moreno, o el por aquel entonces subsecretario de Defensa, Adolfo Menéndez, hoy secretario de la Fundación Princesa de Asturias.

La Banda de Guerra del Regimiento Príncipe n.º 3. | FERNANDO RODRÍGUEZ

El 29 abril de 1987, a las 12.30 horas, tuvo lugar el último arriado de bandera militar, para ceder el espacio a los universitarios. Así lo recuerda el coronel Pedro Luis Gutiérrez. Fue ese mismo año en el que el Ayuntamiento de Oviedo adquirió la propiedad al Ministerio de Defensa, que acabó en manos de la Universidad con la condición de restaurar el edificio, aunque tardó 17 años en habilitarse. “Se estrenó Humanidades el mismo año que España subió a primera división, 1992”, en referencia a la celebración de la Olimpiada y la Expo, tal como lo rememora el decano de Filosofía y Letras.

La intención era diseñar un espacio donde estudiantes y docentes pudieran expandir sus conocimientos, lejos de las apretadas infraestructuras del convento de San Vicente –actual Facultad de Psicología–. “Era terrible. Los profesores ocupaban un espacio mínimo y las aulas no acogían a todos los alumnos. Geografía e Historia tenían que trasladarse a otros campus”, contaba quien en aquella época era el rector, Juan Sebastián López Arranz. Un diseño que a día de hoy continúa siendo alabado como un referente para la Universidad de Oviedo: “Hacia eso es a lo que debemos tender”, asegura Villaverde. Y añade: “Es un ejemplo piloto de lo que podría ser el Cristo”. Aunque también apela a tomar medidas con mayor antelación, sin llegar al tiempo que esperó el Milán para estar activo: “Llamaquique necesita una solución ya, no podemos esperar 5, 10, 15, 20 años...”.

Alumnos durante la visita a la exposición.

Para acompañar esta jornada de homenaje a las infraestructuras universitarias se encontraba la veterana Banda de Guerra del Regimiento Príncipe n.º 3, que tocó desde la escalinata veneciana que preside el edificio y que todos reconocieron como símbolo desde tiempos del obispo Ramón Martínez Vigil, cuando se constituyó el seminario. Con posterioridad, alumnos, docentes y representantes de las instituciones desfilaron por la exposición de la mano de unos guías de lujo, sus comisarios, Juan Carlos Aparicio, Felipe Fernández y Rodrigo Álvarez.

El recorrido volvió a poner en valor, gracias a archivos y documentos recopilados, los 120 años que llenaron el Milán de fe, defensa de la patria y conocimiento. “Las tres instituciones que lo habitaron y habitan han hecho posible llegar hasta hoy gracias a su generosidad y a la vocación de servicio para dedicarse a los demás”, sentenció Menéndez. Larga vida al “campus ejemplar”.

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