El mito de los ochenta en Oviedo ya tiene un documento. Así prefieren referirse los autores de “Más moderna que Londres”, Iván Martínez y Carlos Navarro, a su película documental, estrenada este jueves en el teatro Filarmónica y que ahora intentará llegar a las salas de cine de la región en las próximas semanas. Hubo, en la génesis, y al final en sus dos horas de metraje, esa voluntad de meterlo todo y que no se escapase casi nada de todo aquello que bulló en las calles de la ciudad, en especial en el Antiguo, y de que el relato quedase, así, fotografiado para cotejo de generaciones posteriores. Los más de cuarenta protagonistas que aparecen por allí cumplen con esa idea. No hay solo música, ni solo moda ni solo arte, por más que esas fueran las tres patas que más color y soporte dieron al mito de los ochenta ovetenses.

“Salón Dadá”

En el “Más moderna...” se contempla un Oviedo que también crecía con la revista “Los Cuadernos del Norte”, con los encuentros poéticos en el Campoamor (por más que el poeta Ángel González sea uno de los damnificados de la película) y con la Tertulia Oliver. Un Oviedo en el que el movimiento feminista se sigue congratulando aquí y ahora de cuando aquí y entonces estampaban el “aborto libre y gratuito” en los ejemplares de LA NUEVA ESPAÑA antes de repartirse, organizaban manifestaciones por la calle Uría con un autobús que se iba a Londres a interrumpir embarazos o proyectaban una intervención ilegal realizada en una clínica clandestina.

Germán Madroñero

Piedad Escudero rememora lo que fue Bruxilda, ropa suya y club social casi a la par, y lo bien que lo pasaban haciendo el fanzine “Rata-jari”, del que en la película se pueden ver unas páginas con desternillantes modelos de Mariquita Pérez para recortar con el careto de Jorge Martínez. Otros nombres de la moda, como Joaquín Aboli, que ya estaba en KRK, añaden esas otras caras quizá no tan recordadas ahora de la expansión cultural y artística del Oviedo de entonces. Si uno quita los juicios categóricos del mismo Jorge Martínez, en carne y hueso en la película, sobre lo que fueron aquellos años, y agudiza el oído, en lo musical se pueden distinguir y volver tras la pista de algunas aventuras señaladas e importantes. Están los “Salón Dadá”, “La Raza del Ático” o “Modas Clandestinas”, pero también “Crimen Perfecto”, la banda que se llevó el tercer puesto del “Villa de Gijón” en 1982, cuando ganaron “Modas”, o “Los Amateurs”, grupo tardío para los ochenta que anticiparía el Xixón Sound desde Oviedo.

Un posado de “Los Murciélagos” y “Los Cautivos”, en las escaleras de la iglesia “redonda”.

En todo caso, aquel Oviedo, efervescente y desencorsetado como el fluir del discurso de Juan Cueto, también recogido en la película, dejó algunos nombres para la eternidad y se sacudió los complejos de rancia ciudad burguesa por unos cuantos años. “Más moderna que Londres” deja la duda, sus protagonistas no son concluyentes, sobre si de la siesta se pasó al sueño y de ahí a un mal despertar o si Oviedo ya nunca fue lo mismo, aunque lo disimule muy bien.

Chus Quirós, con Ana Belén y Juan Cueto, en “La quincena del agua”

“Modas Clandestinas”

La obra “Christmas Galaxy”, de Germán Madroñero, en el Campoamor

Un ejemplar de “Los Cuadernos del Norte”

Un ejemplar de “Los Cuadernos del Norte”

Mural del pub Pick-Up realizado por Vivancos en 1983 con algunos de los personajes más populares de la vida asturiana del momento.