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Los piquetes que explotaron petardos en un supermercado de Oviedo aceptan un año de cárcel

Los procesados pagaron por adelantado 3.050 euros en concepto de indemnización a una mujer que precisó atención sanitaria

Los acusados en el banquillo esta mañana.

Los dos acusados de integrar un piquete que entró con la cara tapada en un supermercado lleno de gente en Oviedo durante la huelga de diciembre de 2019 e hizo detonar dos petardos dentro del local, aceptaron en la mañana de este martes en la Audiencia Provincial los hechos que les imputaba la Fiscalía y han aceptado una pena de un año por desórdenes públicos y un mes multa por delito leve de lesiones.

Los procesados aceptaron pagar una indemnización de 3.040 euros y los gastos sanitarios de la clienta a la que provocaron un desmayo que la obligó a ser trasladada a un centro sanitario, según informó la encargada de la acusación particular, María del Mar Rodríguez Vega. Además, deberán de abonar 180 euros en concepto de multa y las costas del juicio.

En el escrito de acusación se sostenía que en diciembre de 2019 surgió un conflicto laboral que llevó a la convocatoria de unos días de huelga en el sector de la alimentación y que, en concreto, comprendía como primera jornada del parón la correspondiente a la fecha de estos hechos, el 21 de diciembre. Así, ese día, sobre las 10.40 horas, los dos acusados accedieron al interior del supermercado Alimerka de la calle Villafría de Oviedo, parapetados dentro de la seguridad que les transmitía un piquete informativo compuesto por un grupo de entre 50 y 80 personas que cubrían sus caras con bragas, bufandas y gorros oscuros, con la finalidad de no ser identificados.

De este modo, muy enojados porque minutos antes la encargada del establecimiento no había permitido el acceso al interior del establecimiento del piquete informativo, debido a la situación de máxima tensión que este había creado, tirando huevos en la entrada del supermercado, pegando pegatinas con el texto "Cerrado por huelga general" y tirando petardos en el exterior, los acusados, pertrechados con diferentes elementos pirotécnicos, accedieron al interior del supermercado, en donde llevaron a cabo las siguientes acciones, a sabiendas de las posibilidades reales de causar graves consecuencias al haber multitud de clientes en esos momentos en el local, ante la cercanía del día de Nochebuena.

Según el escrito del fiscal, uno de los acusados en el pasillo de alimentación de animales, prendió un petardo y lo lanzó al suelo produciendo una gran detonación, todo ello a sabiendas de que había numerosos clientes por esa zona realizando sus compras, así como una de las trabajadoras del supermercado, que tuvo que ser atendida por un ataque de ansiedad. La mujer renunció a todas las acciones que pudieran corresponderle.

Unos diez minutos después, el otro acusado prendió otro petardo y lo arrojó al suelo del establecimiento en la zona próxima a la línea de cajas, más concretamente a la caja número 1, donde igualmente había multitud de clientes pagando sus compras.

La detonación hizo saltar las alarmas del establecimiento y provocó que una de las clientas que se encontraba pagando en ese momento, cayera al suelo semiinconsciente y tuviera que ser trasladada al hospital. La mujer sufrió un síncope vasovagal, que precisó para su sanidad de una primera asistencia. Tardó en curar un día, sin secuelas. La víctima si reclama daños.

En el momento de la detención del primero de los acusados, agentes del Cuerpo Nacional de Policía le interceptaron en los bolsillos de la chaqueta que vestía dos mecheros de color negro y naranja, así como otro artificio pirotécnico para hacer explosionar en el supermercado, tal y como había hecho en el pasillo de alimentación de animales. No se produjeron desperfectos en la tienda como consecuencia de estos hechos.

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