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Paquito rebosa jazz en el Campoamor

La gloria cubana de la fusión latina firma dos horas de concierto con guiños a todos los clásicos, de Mozart a Corea

Paquito D’Rivera, ayer, en el escenario del Campoamor. | Jaime Casanova

Un teatro Campoamor lleno como hace tiempo que no se veía para un concierto de jazz, quizá como el que justo antes de la pandemia trajo a Chick Corea, recibió ayer a Paquito D’Rivera, gloria del latin-jazz, que dejó un concierto largo y ancho. Fueron dos horas en las que el cubano no insistió tanto en el gozo bailongo del género, como en toda la música que cabe en la improvisación bien entendida en su saxofón y su clarinete, desde Duke Ellington a Mozart. Fue un recital de músicos de altura, su sexteto, rematado con la guinda de la colaboración especial de la cantante Ángela Cervantes.

En su aparición sobre el escenario, Paquito D’Rivera se mostró contento y divertido, celebrando estar aquí, saber que el escenario que estaba pisando y que ya había pisado en otras ocasiones cumple en este 2022 130 años y que la gastronomía local se mantiene y le había permitido ya dar cuenta de varias fabadas en los dos días que llevaba por la capital. “¡Qué ciudad más linda tienen ustedes!”.

El arranque del repertorio ya dejó medio claro por dónde iban a transitar él y su sexteto, con un homenaje a Chopin, “Nocturno en la Celda”, del disco de Pepe Rivero “Los boleros de Chopin”. Fue generoso en ir dando espacios a sus músicos, y, así, a la siguiente oportunidad que tuvo fue el vibrafonista Sebastián Laverde el que llevó el peso de un vals venezolano que también les permitió recordar la música del gran Duque Ellington.

Público asistente al concierto. | Jaime Casanova

Y como no era la primera vez que Paquito D’Rivera estaba en el Campoamor, se tenía que notar que en otra ocasión había estado allí en la edad de oro del Festival de Jazz de Oviedo, como músico de la banda de Dizzy Gillispie. Así, sonó “Night in Tunisia”, en forma de homenaje interno a su propio biografía y el lugar y, también, al ciclo Vetusta&Jazz, que ayer arrancaba y que pretende tomar el testigo de la histórica programación de los ochenta con las grandes estrellas internacionales.

El concierto llegó después a ese momento especial de la invitada del sexteto, la cantante ibicenca Ángela Cervantes, que ofreció dos interpretaciones de su nuevo disco, “Olas y arenas”, en colaboración con Pepe Rivero. Ahí y ayer en el Campoamor así lo hizo, rinde homenaje a la puertorriqueña Sylvia Rexach. Retomado el tempo del sexteto, Mozart sonó en forma de blues (versión del segundo movimiento del concierto para clarinete en la mayor, K622) y condujo a la banda a una recta final donde el recuerdo al gran pianista cubano Ernesto Lecuona se dio la mano con la “Suite Andalucía” para piano.

Quedaba un bis, y, de nuevo, tras dos horas de concierto, otro homenaje enlazó con aquel gran concierto de Chick Corea de marzo de 2020. Paquito le dedicó, allá donde esté, su “Armando’s Rhumba” convertida en “Armando la rumba”. Pura gloria.

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