A Luz Sol se le metió entre ceja y ceja que quería homenajear a los periodistas de aquellas redacciones “envueltas en humo y con muchas vocación”, como escribió Gabriel García Márquez, y parafraseó ayer el escritor Carlos Llaneza durante la inauguración de la primera exposición de la fotógrafa en el Centro Asturiano. Al menos cincuenta retratos fueron muestra de ello; cincuenta redactores que marcaron un antes y un después en el periodismo asturiano; cincuenta informadores de la época de la Transición que prestaron, algunos a regañadientes, sus rostros para motivar a las nuevas remesas de esta incansable labor. “Fotografiar a periodistas es difícil”, asegura Luz Sol: “Ellos no quieren ser el titular”, añadía.
Con esta afirmación coincidía Mario Bango, comisario de una muestra que estará abierta al público hasta el 19 de junio: “Al principio no estaba muy convencido con el proyecto. Estos profesionales, acostumbrados a bregar con la vanidad ajena, prefieren casi siempre permanecer en un segundo plano”. Aunque el tesón de la retratista hizo de su “sueño una realidad” de manera al parecer exitosa, pues muchos de los protagonistas se encontraban presentes en la sala.
El proyecto comenzó en 2015 y se vio retrasado a causa de la pandemia. Por ese motivo quedaron muchos rostros sin retratar: “Llegarán”, promete Luz Sol. Todo fue posible gracias a un trabajo a medias, en colaboración con los modelos, asegura. La fotógrafa se limitaba a permanecer tras el objetivo: “Me llevaron a un escenario que fuese cómodo y representase algo para ellos”. Además, revela la artífice, eligieron la frase que a su parecer suponía el repaso de toda una trayectoria.
Debajo de las imágenes en blanco y negro se puede leer el nombre, la procedencia y el año de ncimiento del fotografiado. Y alguna frase lapidaria: “Todo lo que sé me sirve solo para preguntar” o “Siempre quise ser periodista por encima del medio”.
