Fermín Canella lideró la comisión de eruditos que en 1883 desmontó el altar y el retablo de Santa María de Naranco para extraer lo que quedaba en ellos de una inscripción latina que había sido documentada en el siglo XVIII. Con los fragmentos recuperados recompusieron el texto y confirmaron que correspondía a la mesa del altar erigido por Ramiro I y su esposa Paterna en 848. De todo ello dio cuenta Canella al año siguiente en el Boletín de la Real Academia de la Historia en un artículo en el que cuestionaban las interpretaciones anteriores sobre el monumento. La separata se editó en forma de libro poco después, con el título “Ara inscripcional de Santa María de Naranco”. El Museo Arqueológico de Asturias custodia uno de los cuatro ejemplares que se conservan y los libreros de Oviedo lo han devuelto a la actualidad con una edición facsimilar, de 150 ejemplares, que ha elegido como libro conmemorativo de la actual edición de LibrOviedo.

A la presentación de esta edición singular asistieron ayer, en la sede del Arqueológico, la directora del Museo, María Antonia Pedregal; la presidenta de la Asociación de Librerías de Oviedo, Mar Prieto; el escritor Carlos Fernández Llaneza y el arqueólogo e historiador César García de Castro.

García de Castro, toda una autoridad en el arte prerrománico asturiano, destripó el meollo de la obra de Canella que va mucho más allá de la simple reconstrucción de la inscripción. El texto es el de una oración, que empieza invocando a Cristo y termina en una súplica penitencial, y denota un cambio en el equilibro y la estructura de poder. El arqueólogo explicó como su contenido se inscribe en un contexto de “clerificación del control del ejercicio del poder” y da a entender que “Ramiro I actúa sometido al dictado de instancias eclesiásticas, imprimiendo a su ofrenda un marcado acento penitencial”. Lo que el monarca tenía que hacerse perdonar no era otra cosa que su forma de acceder al trono, tras un golpe de estado y con una extrema violencia. Esa es también la razón, según García de Castro, por la que Ramiro I alejó su corte de la ciudad, entre cuyos dirigentes tenía más enemigos que amigos, y se instaló en el Naranco.

La presidenta de la Asociación de Librerías, Mar Prieto, indicó que la difusión del texto de Canella, que él mismo acabó incluyendo en su “Asturias monumental, epigráfica y diplomática”, su obra magna, “es una manera de homenajear a la ciudad, al Principado y a la sociedad”. A lo largo de sus sucesivas ediciones, LibrOviedo ha recuperado textos de muy diversa temática, desde “Guía de Oviedo de 1925”, en 2012, hasta las Constituciones Synodales del Ovispado de Oviedo, el año pasado.