Casi seis años después de su cierre oficial, el centro ecuestre El Asturcón volvió a la vida este sábado. El motivo de la resurrección es el novedoso concurso con el que el Ayuntamiento de Oviedo recuperó la actividad ganadera de la Ascensión, ausente del programa desde la feria del sector organizada en el polígono Olloniego-Tudela en 2018. “Oviedo mira de nuevo a sus raíces”, señaló el ganadero retirado Ignacio Villa, encantado por las condiciones de un recinto del que muchos dicen no comprender su abandono. “Es de risa que apostaran por Olloniego teniendo esto aquí”, declaró el ganadero llanerense, pesaroso por que los planes municipales de recuperar la hípica en el recinto les impida repetir.
A la espera de saber si definitivamente el concurso se traslada el próximo año al recinto ferial que se está construyendo en La Florida, el más de medio centenar de ganaderos participantes en el concurso se deshizo en elogios por la iniciativa de devolver el protagonismo a su sector en la feria. “Había concursos en todos los concejos de Asturias, para nosotros es buenísimo porque nos sirve de escaparate”, explicó Adrián Garrido, joven ganadero de Los Cabos (Pravia).
Durante la mañana se fueron resolviendo los concursos de las categorías de asturiana de los valles. Entre los ganadores, algunos clásicos como “Bolero”, una de las joyas de la ganadería del empresario llanerense José Antonio Díaz Carbajosa, quien se sumó a las felicitaciones al Ayuntamiento por la organización del certamen. “Hay muy buen nivel y además se da uso a unas grandes instalaciones que estaban desaprovechadas”.
Sin embargo, el complejo situado a escasos metros de los límites con Llanera no solo se llenó de vacas. Una pequeña muestra de razas autóctonas como el gochu asturcelta, el asturcón o la oveya xalda acaparó las miradas del público, especialmente niños. Fuera del picadero cubierto, donde tiene lugar el concurso, la exposición de maquinaria atrajo también visitantes de toda la región. “Vinimos a mirar tractores, pero estos son muy grandes para los caminos que tenemos en Cabañaquinta”, se lamentaba el allerano José Fernández, que decidió trasladarse al recinto festivo en uno de los autobuses gratuitos habilitados desde la ciudad. “Nunca había venido y tenía miedo de perderme”, admitió.
Bajo las gradas, el antiguo bar del centro ecuestre revivió con una gran terraza en la que tanto los visitantes como los ganaderos aprovecharon para combatir el calor a base de tragos de bebida bien fría. “No lo conocía y me impresionó lo bien que está todo”, apuntó la langreana Dori Rivero, convencida de que con un buen proyecto El Asturcón podría tener éxito. “No sé si con caballos, pero esto da para muchas cosas”, dijo minutos antes de acudir a la exhibición de corte de troncos prevista en una de las zonas verdes.
Entre el personal que trabajaba a toda máquina para que todo saliera bien destacó la presencia de Gerardo Sanz, alcalde socialista de Llanera, quien coordinó las valoraciones del jurado y se dejó la piel para atender una petición de su homólogo ovetense, Alfredo Canteli. “Ayudamos a muchos concejos de Asturias, y en este caso estaba más que justificado porque si todo sale bien nos dejará visitas y consumo en nuestro municipio, que está al otro lado del río”, indicó Sanz sobre la buena sintonía con el ejecutivo municipal popular de la capital.
