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Requejo aboga por una “vía de segregación” de la UE para gobiernos “antieuropeos”

El letrado ingresa en la Academia de Jurisprudencia alertando sobre las carencias del derecho comunitario para atajar la crisis con Polonia y Hungría

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EN IMÁGENES: Así fue el discurso del juez Juan Luis Requejo como nuevo miembro de la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia Jaime Casanova

La Unión Europea, “nacida de la catástrofe” de la Segunda Guerra Mundial y edificada sobre una sucesión de momentos críticos vivificantes, atraviesa ahora una crisis “cualitativamente diferente”, “nada saludable”, “la más grave de las que ha tenido que sufrir el proyecto europeo”. Juan Luis Requejo Pagés (Oviedo, 1961), letrado del Tribunal de Justicia de la UE, eligió este “laberinto sin salida” para oficializar su ingreso en la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia como académico de honor con un discurso de advertencia sobre las “fisuras en el estado de derecho” que sufre la Unión por las decisiones de los gobiernos de Hungría y Polonia y su colisión con “los valores nucleares” de la construcción europea.

Esta crisis, dejó dicho el jurista, deja a la intemperie “la pobreza” del instrumental jurídico de la Unión y “la gran carencia del derecho de la UE”. Se refiere a la ausencia “de un mecanismo equivalente al previsto en algunos estados miembros para la ilegalización de partidos contrarios al orden constitucional o la expulsión de un estado por el incumplimiento de las condiciones que hicieron posible su ingreso”.

Requejo llegó por ahí hasta una propuesta de remedio que consistiría en la necesidad de armar un instrumento normativo “jurídicamente eficaz” “que hiciera las veces de reverso del proceso de adhesión”. Sería una verdadera “vía de segregación” con anclaje jurídico, explicó. También un camino “de reeducación”, o “de reconducción de la voluntad política de los electores que legitiman la deriva antieuropea de sus gobiernos” y de coerción frente a “estados recalcitrantes” en su relación anómala con el estado de derecho. El problema que sufre Europa con las decisiones adoptadas en algunos países del Este –la deriva autoritaria de Polonia y Hungría o su hostigamiento a la comunidad LGTBI, entre otros problemas recientes– es “más político que jurídico”, asume, y hunde algunas de sus raíces en la “apuesta arriesgada” que supuso allá por 2004 la ampliación de la Unión más allá del ”Telón de acero”.

“La crisis del Estado de Derecho en la UE” que dio título al discurso del jurista ovetense “atenta contra los valores nucleares” de la Unión y pone el proyecto europeo en una encrucijada ante la que “sería un error minimizar la amenaza”, resaltó. “La UE está gravemente enferma” y la incapacidad de su armazón jurídico para dar respuesta a los desafíos húngaro y polaco es, a su juicio, uno de los síntomas más evidentes. Tras la glosa que a modo de presentación hizo de su trayectoria Ramón Punset, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Oviedo, Requejo se afanó en la búsqueda de remedios anclados a las normas fundacionales de la Unión. No se le despistó la certeza de que los actores de este drama son en último término los ciudadanos de los países concernidos. “Ni los gobiernos, ni los parlamentos, ni los tribunales”, la responsabilidad pesa sobre aquellos que “se han dado democráticamente gobiernos “ que postulan decisiones contrarias a los valores de la Unión y ante los que hasta ahora, constata el jurista con pesar, se han dado soluciones “que adolecen de todos los defectos de la política de salón”. “No puede esperarse mucho”, concluye, de los mecanismos que lo fían todo a la represión jurisdiccional o a la amenaza financiera”.

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