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Los 177 cursos del Alfonso II

El que fue primer Instituto de Enseñanza Media de Oviedo celebra casi dos siglos de vida con centenares de promociones a sus espaldas

Alumnos del Instituto Alfonso II hacen ejercicio en el patio en una imagen tomada en los años cuarenta. | LNE

Allá por el 1845 el primer Marqués de Pidal ordenó la construcción de institutos en todas aquellas ciudades que contasen con una universidad. Así inauguró Oviedo su primer centro público de Enseñanza Media que dio cultura y cobijo a promociones de ilustres asturianos. Pasaron por sus aulas futuros médicos, artistas y escritores; cambió tanto de nombre como de emplazamiento en diferentes ocasiones; sufrió las consecuencias de una guerra y voló por los aires en la Revolución de 1934, un episodio que algunos describen como “una carnicería de cemento”. Más tarde se limitó a acoger a hombres pertenecientes a la clase media de la burguesía ovetense convertido en el Instituto Masculino. Hoy, se le conoce como el IES Alfonso II, situado entre las calles Calvo Sotelo y Santa Susana, y le ha sido concedida la placa de honor de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio en homenaje a su emblemática trayectoria.

En 177 años cambió todo y no ha cambiado nada. Diferente modelo educativo pero la misma sensación de realización al comenzar la carrera universitaria. Diego Mendoza egresó hace menos de una década y lo hizo con la misma sensación que Leopoldo Tolivar Alas, que culminó los estudios de Secundaria en 1972: “Llegámos con un plus de preparación al siguiente nivel”. Tolivar habla con gratos recuerdos y tres generaciones a sus espaldas que también ocuparon las mismas aulas: su madre, Cristina Alas, que fue estudiante y maestra en el mismo lugar; su abuelo, el rector Alas, y su bisabuelo, Leopoldo Alas Clarín, este último junto a personajes como Palacio Valdés o Pepín Quevedo.

“Por norma general los profesores eran gente abierta, con ganas de transmitir cultura”, cuenta Tolivar que pone como ejemplo al catedrático Pedro Caravia, quien trataba a sus alumnos como si fuesen universitarios de nivel: “Era la estación de término del profesorado de la provincia. Cuando llegaban al Alfonso eran gente experimentada”. En aquellos momentos el centro ya se encontraba en su actual emplazamiento, al cual llegó en 1932. Después de pasar por el edificio Histórico de la Universidad, un local en la calle Caveda, la Escuela Normal de Maestros, en Uría y el convento de Santo Domingo. El terreno que ahora ocupa es el de la antigua finca del doctor Faustino Roel, que con posterioridad perteneció a los jesuitas y al ser expulsados pasó a manos del estado.

Aunque no fueron todo facilidades en la ubicación definitiva. El polvorín del 34 obligó a los estudiantes a trasladarse de manera temporal al edificio donde hoy se encuentra el colegio Menéndez Pelayo, en General Elorza, hasta que en 1939 recuperan como nuevo el edificio que hoy se mantiene.

“Apenas ha cambiado”, asegura el actual director Julio César Rueda. Tampoco lo ha hecho la motivación de los docentes por empapar a sus pupilos de conocimiento y cultura. “Queremos hacer una Asturias mejor, que los chavales que entran con 12 años salgan con una versión mejorada”, dice la profesora Pilar Fernández, que asegura que desde que entró por las puertas del Alfonso II sabía que se jubilaría en él.

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