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El kiosco del Bombé recupera el alero que lo coronó en sus inicios

El elemento singular, inspirado en el templete de Noreña, imita el diseñado por De la Guardia, que desapareció hace un siglo

El kiosco del Bombé, ayer, con el alero que recupera la imagen del proyecto original. | LNE

Un siglo después, el kiosco del Bombé vuelve a lucir un elemento singular que había caído ya en el olvido para la gran mayoría de los ovetenses. El equipo encargado de la restauración del emblemático templete obra de Juan Miguel de la Guardia, inaugurado en 1888, remata estos días el alero que añadirá atractivo al aspecto que la construcción había lucido en las últimas décadas.

Se trata de una propuesta incluida en 2013 en el plan de rehabilitación de Clara Rey-Stolle y que ha sido recuperado ahora por el equipo de gobierno de Alfredo Canteli para remozar con el mayor esplendor posible el kiosco que este mismo verano podría volver a albergar actuaciones musicales. Para hacer realidad la vuelta del alero al kiosco, la UTE contratada para los trabajos se ha inspirado en el templete de Noreña, también ideado y levantado por el afamado arquitecto De la Guardia, así como en piezas originales halladas en un almacén municipal.

El alero aparece en algunas fotos de finales del siglo XIX y principios del XX, pero no se sabe a ciencia cierta en qué momento fue suprimido, aunque se supone que la decisión se tomó a raíz de una de las restauraciones acometidas por el Ayuntamiento en la primera mitad del siglo pasado para conservar en buen estado una construcción que, por entonces, era muy utilizada para la organización de celebraciones populares.

El montaje de la estructura restaurada en un taller langreano comenzó a finales del mes de abril, con la previsión de culminar el montaje en un máximo de dos meses, aunque estos plazos son orientativos, pues las labores se están llevando con sumo cuidado. Los cambios estructurales para buscar encaje al alero conforman el principal escollo que los operarios esperan sortear para acelerar la última fase de las actuaciones para rehacer la construcción.

Operarios trabajando en la instalación del elemento singular desaparecido a comienzos del siglo XX.

Los trabajos que se están desarrollando en el Bombé suponen poner fin a casi una década de intentos por restaurar una estructura que desde el año 2016 permanece enterrada entre un amasijo de andamios y se ha convertido en un símbolo de la parálisis administrativa y deterioro del Campo, que el actual equipo de gobierno de Alfredo Canteli ha querido atajar de raíz con un plan especial de actuaciones.

Desde el inicio del mandato, el Ayuntamiento ha realizado varias mejoras en el pulmón verde de la ciudad que van desde la colocación de una nueva señalización hasta la renovación del aguaducho, pasando por la renovación de firmes y bordillos y la recuperación del agua de la fuente de las Ranas y de la Fuentona, a las que este año se sumarán otros cuatro surtidores del parque, secos desde hace años.

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