La recuperación de todo el Oviedo Antiguo, el impulso a la diversificación de la actividad comercial en el barrio y la regeneración de su parque de viviendas, algunas muy deterioradas y lastradas por años de degeneración urbanística, está en marcha y cada vez discurre a mejor ritmo. Así lo perciben en el área de licencias del Ayuntamiento, donde en el último año han visto crecer el número de proyectos para rehabilitar edificios y poner en marcha nuevos modelos de negocios. Son, explican en el área que dirige el concejal Nacho Cuesta, más de media docena de licencias concedidas para reformas de calado y otras tantas en marcha para adecuar y mejorar portales, fachadas y los entornos de las calles de la zona vieja.
El propio Cuesta considera una repercusión directa de la buena marcha del servicio de su área, el de licencias, tras las últimas reformas aplicadas, esta nueva actividad inmobiliaria y comercial en el Antiguo, que esta misma semana se podía comprobar en el local que hace esquina en el arranque de la calle Jesús con el Rosal. Es un inmueble que estuvo años derruido en su interior y parado, y cuyas obras acaban de ponerse en marcha. Se trata de un bajo con 200 metros cuadrados, un sótano que se destinará a actividad comercial, tres plantas y un bajo cubierta con un frente acristalado hacia Fruela. En cada planta están proyectadas cuatro viviendas y apartamentos de unos 50 metros, catorce en total, de uno, dos o tres dormitorios, y finalmente los promotores no lo pondrán en el mercado como pisos turísticos.
Cuesta esgrime que fue clave la celeridad por parte del servicio de Licencias del Ayuntamiento, aunque luego la constructora tuvo que esperar por otros trámites de Patrimonio en el Principado, en el inicio de las obras y en poder haber despejado este proyecto.
“Estamos asistiendo a un resurgir del Oviedo Antiguo con la llegada de nuevos inversores que están apostando por reflotar locales e inmuebles que llevaban años cerrados, entre otras cosas, por las trabas que encontraban para invertir en Oviedo”, insiste el concejal. Para el teniente de Alcalde, la remodelación del área de Licencias que se puso en marcha durante este mandato “está devolviendo la actividad a zonas degradadas en pleno caso histórico-turístico”. “Viviendas, negocios innovadores como espacios coworking, hoteles y comercios están implantándose a esta zona”, relata, “algo que siempre nos habíamos propuesto desde que llegamos al gobierno”.
En Licencias tienen en cuenta otros proyectos todavía más ambiciosos que también han recibido luz verde por parte del Ayuntamiento y que podrían empezar a desarrollarse de forma inmediata o muy próxima. Es el caso del gran hotel que se proyecta junto a la Catedral, en el edificio que fue conocido como El Hogar de San José y que ya tiene todos los papeles en regla para comenzar la obra.
Con mayor impacto sobre la zona, ya que en este caso se trata de uno de los agujeros negros urbanísticos del Casco Viejo, el Arzobispado de Oviedo ya cuenta también con la autorización municipal para el proyecto del Martillo de Santa Ana, donde la Iglesia quiere construir un gran centro cultural, dedicado a su patrimonio, a la recepción de visitantes y a la organización de exposiciones, en la confluencia de las calles San José, Santa Anta, Canóniga y Mon, la zona conocida desde la Edad Media como la de “Los Cuatro Cantones”.
Al proyecto inicial planteado por el Arzobispado, el servicio de Patrimonio del Principado de Asturias planteó algunas modificaciones. El nuevo proyecto, tras resolver algunos problemas relacionados con las cubiertas y con la relación con otros edificios en la misma parcela, ya ha sido aprobado por el Ayuntamiento, y ahora queda que el Principado autorice también la intervención y se dé paso al trámite medioambiental. El Arzobispado ha sido siempre cauto con los plazos, pero la reforma del Martillo de Santa está cada vez más cerca en el horizonte.
Más allá de estas dos grandes actuaciones, el servicio de Licencias cuenta con proyectos de rehabilitación a lo largo de todo el casco histórico.
Junto a la Plaza Porlier, en el número 7 de la calle Eusebio González Abascal hay un proyecto con informe favorable por parte del Ayuntamiento para construir siete viviendas y dos bajos comerciales que está a la espera de la aprobación por parte de los servicios de Cultura del Principado. Es un edificio que estuvo a la venta durante mucho tiempo y que ahora empezará a transformarse.
Muy cerca, en el número 14 de la calle Ramón y Cajal, frente al edificio histórico de la Universidad de Oviedo, se ha solicitado licencia para la reforma y ampliación de un edificio de viviendas con mejora de accesibilidad. Y a pocos metros, en el edificio número 3 de la plaza de Riego, donde estuvo uno de los dos locales de la librería Ojanguren, haciendo esquina con Altamirano, ya se rehabilitó y se puso en funcionamiento un edificio de apartamentos turísticos con un negocio de restauración en la planta baja.
Los mismos inversores que llevaron a cabo ese proyecto han presentado ya un proyecto para el número 11 de la calle Altamirano, donde estuvo el célebre Casa Lito. Se trata, en este caso, de una reestructuración para apartamentos vacacionales.
En la calle San Antonio, una de las que marcan el eje de la zona más deteriorada y más necesitada de regeneración del casco viejo, ya se han recibido varias consultas para edificios que llevan mucho tiempo parados con rehabilitaciones a medio rematar. Es el caso del número 8, por ejemplo, y del número 11, donde, en este último caso, ya se ha presentado un proyecto de reforma de piso, reforma patio interior y creación de 2 viviendas.
En la calle Carpio número 22, llegando casi al Campillín, está ya en construcción un edificio que pasa por una reestructuración total, para adecuar viviendas y un bajo comercial con vaciado del interior.
Todavía hay más licencias vinculadas al Antiguo que, si bien no incluyen proyectos de rehabilitación integral y de construcción de nuevos edificios, sí contribuirán, explican en el Ayuntamiento, a mejorar el estado del casco viejo y a impulsar la regeneración urbanística.
En el Ayuntamiento citan, en este apartado, dos intervenciones en la calle Pozos, en el número 3 y el número 17, que incluyen la colocación de placas fotovoltaicas en la cubierta, en el primer caso, y la reforma de portal en el segundo de los portales.
En la Plaza de Fontán también se ha dado licencia para el repintado de los bajos en el número 13, y varios locales de la calle Magdalena han pedido adecuación de escaparates. Estas medidas de maquillaje externo, muy necesarias para embellecer el entorno, se reproducen también en otras zonas, como en Mon 18, donde se ha solicitado permiso para el arreglo de fachadas. Nueva cara y nuevo cuerpo, o eso parece, para una nueva vida del Antiguo ovetense.’
