Fue un error de cálculo. José Antonio Alonso, presidente de la sociedad de la Balesquida, aseguraba al filo de las dos de la tarde que el balance de las fiestas del Martes de Campo era, a esa hora, "desastroso". La razón: un mal cálculo. "Hemos dejado sin bollos a algunos socios, estamos haciendo una gestión para ver si nos pueden enviar más, pero los que habíamos pedido se agotaron", aseguró.

Los que habían pedido eran 3.800 que a eso de las dos menos díez de la tarde ya se habían agotado. No así el vino, que aún quedaba por repartir.

"No se exactamente qué ocurrió porque lo habíamos calculado perfectamente", aseguró Alonso algo apesumbrado por ese final de fiesta. Según sus cálculos fueron una veintena de personas las que se habían quedado a esa hora sin poder morder el bollo.

Sobre el ambiente de la fiesta aseguró que "es precioso". "Todo estaba saliendo muy bien, nos estaba acompañando todo, pero el final de la fiesta ha sido desastroso", resaltó.