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El Antiguo cambia de cara con una oleada de rehabilitación de fachadas

La mitad de las casas del Fontán asumen, de forma privada, una puesta a punto que concluye ahora, tras un mes de trabajos

Trabajos, ayer, en las casas del Fontán; en el círculo, un detalle de las labores de pintura. | Irma Collín

El Fontán tiene una luz especial, la habitual del juego de colores de sus fachadas, sus ventanas y las flores que adornan algún balcón y la resultante de haberla reforzado, estos días, gracias a los trabajos de rehabilitación que han dado mano de pintura y retocado buena parte de los elementos de la mitad de las viviendas de la icónica plaza ovetense. No son los únicos. Aunque los propietarios lo asumen de forma privada, una oleada de trabajos de mejoras en fachadas ha venido a coincidir en estas últimas semanas en las calles del casco histórico de Oviedo, precisamente en unos días en los que también se daba a conocer la luz verde del Ayuntamiento al proyecto del centro cultural de la Iglesia para el Martillo de Santa Ana.

Los trabajos en las fachadas del Antiguo no son, no obstante, un plan de choque municipal, sino el resultado del mantenimiento al que están obligados los propietarios y que, en algunos de estos casos, según ha podido confirmar este periódico, responde a un requerimiento por parte de la policía urbana que realiza la inspección de edificios y de las carencias que pueden ocasionar daños a terceros.

En el caso del Fontán, 7 de las 15 casas que conforman todo el bloque de viviendas de la plaza se han juntado para hacer frente a estos trabajos. Lo hacen a través de la Asociación de vecinos del Fontán para agilizar papeles y trabajos, porque las empresas, explica la presidenta del grupo, Ana Balbín, no siempre lo tienen fácil para trabajar en esta zona, siempre tan llena de turistas y actividad comercial.

Los dueños de estas viviendas son conscientes de que sus casas son también un reclamo turístico, lo más visitado junto a la Catedral, el Prerrománico y Gascona, y que hay que cuidar la imagen de Oviedo. En esta ocasión se han rehabilitado tejados, pintado aleros, repasado las líneas de imposta, las ventanas y reparado chimeneas con sus sombreretes, que arrastraban un deterioro importante, agravado por la fuerte presencia de gaviotas, especialmente en esta zona de la ciudad. Cada uno de estos vecinos, según el tipo de trabajos, ha realizado una inversión de entre 4.000 y 12.000 euros.

Balbín sabe que no hay ayudas para estos trabajos, que es responsabilidad de ellos, pero también recalca que hay otros problemas en los que la responsabilidad es municipal y no tienen solución a la vista, como el deterioro del pavimento o el problema del saneamiento, con un alcantarillado que se inunda cuando llueve mucho y que estos días de ola de calor deja malos olores. Pone el ejemplo de los problemas con la canalización del gas, que tuvieron que asumir ellos privadamente y reclamarla a la administración local ante los tribunales, todavía a la espera de sentencia.

En otros puntos del Oviedo Antiguo se replican estos días este tipo de trabajos. En zonas como la calle Máximo y Fromestano, antes de desembocar en la plaza del Paraguas, ayer seguían trabajando en las fachadas. También en Trascorrales se acometieron obras de revisión de aleros y maderas y en la plaza de Daoíz y Velarde, junto al Fontán, otros edificios retocaban también diversos remates en sus fachadas.

Todos estos trabajos coinciden, también, con la elaboración de un informe encargado por el Ayuntamiento sobre cómo habrá de desarrollarse el nuevo plan especial del Antiguo, que en la actualidad está pendiente de desarrollo. El anterior, desarrollado por Francisco Pol en los años 90, solo llegó a aplicarse en la mitad de sus planteamientos, dejando una amplia zona del barrio pendiente de una profunda reestructuración.

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