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La escasez de plazas en escuelas de 0 a 3 años de Oviedo deja a 400 familias en lista de espera

Los padres del centro María Balbín, el más demandado junto al del Rubín, piden abrir un centro en aulas vacías de las Escuelas Blancas

“Si no se toman medidas, la poca natalidad que queda en Oviedo desaparecerá”. Así de rotundo es el vaticinio de Teresa Arias, presidenta de la AMPA de la escuela infantil María Balbín de San Lázaro, quien asegura no entender la falta de soluciones por parte del Principado y el Ayuntamiento para dar respuesta a las largas listas de espera. En total, son 400 familias demandantes de plazas en las siete escuelas de 0 a 3 años de la ciudad. La suya, la más solicitada junto a la del Rubín, sólo pudo dar respuesta a 35 de las 129 peticiones admitidas. Por eso, instan a las administraciones a aprovechar las aulas y dependencias vacías del colegio de las Escuelas Blancas para abrir un nuevo equipamiento público para bebés.

La propuesta es también bendecida por el colectivo de madres y padres de las Escuelas Blancas, que ven con buenos ojos la creación de una nueva escuela infantil como solución a la menguante matrícula de un centro histórico. “El curso que viene solo empezarán en Educación Infantil 6 niños, así que se podrían utilizar las instalaciones para atraer más alumnos y salvar así un colegio que es centenario”, indica Gonzalo Riestra, presidente del AMPA y padre de uno de los solo diez niños que se incorporaron al centro el último curso.

Ambos grupos de progenitores subrayan que la nueva Ley de Educación, la LOMLOE incluye un artículo que dice lo siguiente: “las administraciones públicas incrementarán progresivamente la oferta de plazas públicas en el primer ciclo con el fin de atender todas las solicitudes de escolarización de la población infantil de 0 a 3”. Apartado cuyo incumplimiento, sostiene, queda patente en Oviedo, donde de cara al próximo curso han quedado excluidas 559 solicitudes que cumplían los requisitos por falta de plazas. “Como algunas solicitudes se duplican estimamos que son casi 400 familias las afectadas”, subraya Teresa Arias.

En el caso de la escuela María Balbín, el centro, que cuenta con 70 plazas en total, ofertó para el próximo curso 34 plazas vacantes de las que solamente se reservaron ocho para niños de 0 a 1 años. La lista de espera definitiva, de 94 alumnos, superó por tanto el número total de alumnado para la única escuela de bebés existente en una zona rodeada por los colegios de primaria de Santo Ángel, Santo Domingo, Villafría, Veneranda Manzano, Escuelas Blancas, Fozaneldi o las Dominicas. “La alternativa son las guarderías privadas, pero consideramos que no ofrecen la misma calidad docente y de ratio de alumnado que un equipamiento público”, añade Arias.

Los mismos padres sostienen que la gravedad del problema se extiende también a otros centros como la escuela de 0 a 3 del Rubín, donde hubo 54 admitidos por 152 alumnos abocados a la lista de espera, o Montenuño, con solo 36 de las 126 solicitudes admitidas cubiertas. No obstante, lamentan que en ambos casos no existe una asociación de padres constituida que eleve la voz sobre una demanda cada vez más generalizada entre los padres jóvenes de la ciudad.

Según relata Arias, existen en la capital asturiana cientos de familias jóvenes afectadas por el déficit de un servicio considerado prioritario para fomentar la natalidad entre la cada vez más envejecida población asturiana. “Conozco casos de padres que tienen un niño en la escuela y al quedar excluido el segundo se encuentra con un problemón para conciliar”, subraya en relación a un aspecto que insta a resolver con una mayor oferta y unos baremos que tengan en cuenta estas circunstancias.

“Se pasan la pelota”

A juicio de los padres, el principal problema a la hora de pedir cuentas a la administración es la falta de claridad sobre las competencias en un tramo educativo surgido por pura necesidad, pero con una clara falta de planificación. “Se pasan la pelota de unos a otros, aunque la competencia es regional, está delegada en los ayuntamientos y estos no hacen inversiones por temor a que la autonomía venga a posteriori y se quede con los fondos invertidos”, apuntan los progenitores.

En relación a la propuesta de habilitar una nueva escuela de bebés en las Escuelas Blancas, tanto Riestra como Arias ven el proyecto muy factible en lo económico. “El acondicionamiento de las clases costaría cuatro duros y el personal podría financiarse con los fondos que se ahorran con la reducción de líneas que lleva sufriendo el colegio durante los últimos años”, proponen, esperanzados en que algún día el Principado y el Ayuntamiento respondan a sus escritos.

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