“Este año tenemos más posibilidad de movimiento de tierras, así que habrá más barro que nunca”. Rubén Morán, director de la Farinato Race, una de las pruebas extremas más famosas de España, sostuvo este jueves que la cita, que volverá este fin de semana a Oviedo tras una primera experiencia en 2020, tendrá menor afluencia de participantes, pero pruebas más llamativas para el espectador.
El evento, que este año se centrará en la parcela del fallido spa, donde el Ayuntamiento proyecta una pista de atletismo cubierta, contará con más de 600 participantes, de los que un 38% serán mujeres y cuatro de cada diez atletas, llegados desde otras regiones de España. “Es una cita ilusionante en la que tratamos de aunar el deporte con la actividad turística”, sostuvo la concejala de Deportes Conchita Méndez, tras enumerar los grandes eventos acogidos por la ciudad a lo largo de este mes. “Tuvimos la copa Iberdrola de Gimnasia, la Copa de España de escalada y los partidos de las selecciones de voleibol”, repasó la popular.
El evento comenzará el sábado por la tarde con las pruebas familiares y los duelos individuales desde las 16.30 horas y se retomará el domingo, a partir de las 8.30 horas de la mañana con el reparto de los dorsales previo a la prueba de obstáculos, de 7 kilómetros de longitud, que abarcará un amplio recorrido entre la pista finlandesa y la calle Hangzhou.
Prueba popular
A la presentación acudieron también Ana Fonseca y Cristian Ardura, representantes de los patrocinadores Unicaja y Uría Motor, respectivamente, los cuales destacaron la popularidad de la prueba que suma desde su creación hace unos años más de 100.000 participantes acumulados en las diferentes ediciones organizadas por todo el país, y que para animar la presencia de público contará con un pequeño festival de food trucks, en el que “cuatro o cinco” furgones hoteleros cubrirán las demandas gastronómicas.
