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El Monsacro se internacionaliza

Trescientos peregrinos de ocho nacionalidades recorrieron ayer la “Senda de los 20.000 pasos”, entre la Catedral de Oviedo y la montaña sagrada de Morcín

José Avelino Gutiérrez, catedrático de Arqueología de la Universidad de Oviedo, explica a los senderistas la historia del Monsacro junto a la «capilla de abajo». | Fernando Delgado

La climatología fue la gran aliada de los trescientos peregrinos que recorrieron ayer la “Senda de los 20.000 pasos”, entre la Catedral de Oviedo y el mayáu de las capillas del Monsacro.

En una mañana que amenazaba lluvia pero en la que no cayó ni una sola gota, el grupo de senderistas españoles, portugueses, franceses, belgas, holandeses, ingleses, brasileños y estadounidenses inició su camino a las ocho de la mañana desde la plaza de la Catedral de Oviedo. Iban equipados con un chaleco azul que identificaba en su parte frontal a la capital del Principado como Origen del Camino y en la espalda la “Senda de los 20.000 pasos”, que organiza la Asociación Amigos del Monsacro.

Precisamente, fue Montse García, presidenta de este colectivo, la encargada de cortar la cinta de salida de esta senda, que se lleva realizando desde 2016, en presencia de Alfredo García Quintana, concejal de Turismo del Ayuntamiento de Oviedo; Tomás Fernández, alcalde de Ribera de Arriba; Maximino García, alcalde de Morcín; Belarmino Fernández, presidente de la asociación cultural de Bueño; Javier Prado, presidente del Grupo de Montaña Riberano; y Marigel García, presidenta de la asociación de mujeres So La Malena de Morcín; representantes todos ellos de las entidades que han colaborado en la organización de esta marcha que ayer batió su récord de participación.

Dos horas después, los senderistas detuvieron su paso en Bueño para reponer fuerzas en el recinto del Centro de Interpretación del Hórreo. El Ayuntamiento de Ribera y los integrantes de la asociación cultural de Bueño agasajaron a cada peregrino con un bollu preñáu y una exquisita casadiella de postre junto a una botella de agua.

Tras cruzar Ferreros, Las Segadas, Soto de Ribera y Argame, los caminantes llegaron poco antes del mediodía a Santa Eulalia de Morcín, capital del concejo, donde hicieron su segunda parada técnica de avituallamiento y reagrupamiento. El Ayuntamiento de Morcín y las mujeres de So La Malena les entregaron a cada senderista varias piezas de fruta, dulces y frutos secos. La gran hospitalidad de Ribera y Morcín fue muy valorada por los trescientos peregrinos de ocho nacionalidades distintas.

Hasta aquí todo llano pero a partir de Santa Eulalia comienzan las duras pendientes para ascender hasta la montaña sagrada. Tras subir un primer tramo más tendido entre bosque desde Les Bolíes hasta el Brañuetu, atravesaron La Llorera para llegar a La Collá, donde comienza la última y zigzagueante parte de la ascensión por la ladera norte de tan sólo 2 kilómetros pero de una gran pendiente. La lluvia sigue sin hacer aparición y el sol tampoco por lo que las condiciones climáticas son inmejorables para afrontar el último esfuerzo.

El grupo de senderistas, ante la Catedral, listos para iniciar la ruta. José Antonio Álvarez

A las 2 de la tarde alcanzan el mayáu de las capillas del Monsacro los primeros senderistas y una hora más tarde llegan los últimos arropados y animados por los miembros de los grupos de montaña Riberano y Llazarandín.

Comida campestre en el mayáu junto a la capilla de abajo, sale el sol y algunos peregrinos aprovechan para dormir una idílica siesta tumbados en la hierba tras el agotador esfuerzo de la última ascensión.

Entra en juego entonces José Avelino Gutiérrez, catedrático de arqueología de la Universidad de Oviedo, quien obsequia a todos los senderistas con una clase magistral sobre la historia del Monsacro desde la época prehistórica hasta la actualidad. Las explicaciones son muy valoradas por los peregrinos, quienes pueden ver a través de las explicaciones de José Avelino, miembro del Comité Consultivo de Amigos del Monsacro, lo que no hubieran conocido ni imaginado nunca si hubieran subido solos. El catedrático, que dirigió varias excavaciones arqueológicas en la montaña sagrada, fue premiado con un prolongado y caluroso aplauso de todos los asistentes.

El descenso se realiza por la ladera este bajando por Entrepuertas y El Cintu hasta el pueblo de Los Llanos. Allí esperan las mujeres de So La Malena para deleitar a todos los senderistas con un café caliente y unos exquisitos frixuelos. “Creo que en lugar de bajar peso después del gran esfuerzo, voy a engordar un poco con todas las atenciones que nos disteis”, manifiesta una peregrina a una de las mujeres de So La Malena.

Ultimo descenso por la carretera de Otura hasta La Foz de Morcín donde nos esperan los autobuses para regresar a Oviedo. Son las 6 de la tarde, los caminantes suben en los vehículos y comienza a llover con intensidad durante el regreso a la capital del Principado. Lo dicho, la climatología fue la gran aliada de los peregrinos que recorrieron ayer la “Senda de los 20.000 pasos”, entre la Catedral de Oviedo y la cima de Monsacro.

Un matrimonio de estadounidenses, que pasan unos días de vacaciones en la capital del Principado y se apuntaron a la senda después de ser informados en la Oficina de Turismo, confiesan que “hemos quedado impresionados de cómo nos han agasajado y de la belleza y particularidad de esta mágica montaña, única en el mundo. Ha sido un día muy especial y único. Cuando lo contemos en nuestro país, no nos creerán”. Por eso, el Monsacro ya se comienza a internacionalizar.

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